Que levante la mano quien, ayer en el Estadio de los Juegos Mediterráneos o escuchando la retransmisión provincial de Marcador Almería, en Radio Marca, no se acordó del Español, de la temporada pasada y de Sergio García.
Que nos quiten lo ‘bailao’, que diría el castizo; y el clásico: el Almería nos brindó una primera parte ayer memorable y, además, una victoria para empezar el campeonato, que tampoco está nada mal. 7
Si los de Sergi Barjuán hubieran empezado perdiendo y hubieran protagonizado una remontada, hoy estaríamos con otra sensación. El problema es que empezaron como un ciclón y terminaron pidiendo la hora.
El juego en los primeros 40 minutos fue espectacular y en los siguientes 20 más que notable. Pudimos ver a un Iago Díaz y un Quique González en una forma impresionante por las bandas, a un Chuli alrededor del que gira el ataque, como debe ser; a un Fatau brutal; a un Corona magistral; y a un Montoro imperial. Y todo ello por no hablar de las proyecciones ofensivas de Míchel Macedo y sobre todo Dubarbier, convertido en una pesadilla por su carril.
El Almería se había puesto con tres a cero en apenas 26 minutos y más de uno pensaba, pensábamos, que el Leganés iba a tener que contratar un segundo autobús para llevarse los goles a Madrid.
Los de Sergi tuvieron ocasiones para ampliar la ventaja, pero su cuenta de goles ya estaba bloqueada por exceso de confianza. Un pecado que, hasta los últimos 20 minutos, fue venial; pero que se pudo convertir en mortal de necesidad de no ser porque el cronómetro es inexorable e insobornable.
No acabó del todo contento Sergi, como tampoco el público. El balance es bueno, porque se ha ganado, porque se ha convencido, porque se ha visto el tremendo potencial y, sobre todo, porque se suman tres puntos que no son fáciles, por ser los tres primeros.
Tiene trabajillo Sergi, especialmente pensando en que la semana que viene enfrente no estará el Leganés, sino un rival directo en la lucha por el ascenso, un Zaragoza que, si encuentra las facilidades de los últimos minutos del partido, no dudará en darle al Almería un zarpazo del que le costará salir indemne.
De momento, eso sí, repito: que nos quiten lo ‘bailao’.
