Las trayectorias de Unicaja Almería y la UDA son antagónicas.
El pasado fin de semana, concluyó la primera vuelta de la liga regular en la Superliga de Voley. El líder, ya lo sabéis, es Unicaja. Un líder que no sólo no ha perdido ni un solo partido, sino que además los ha ganado todos por tres a cero salvo dos de ellos y que sólo ha encajado tres sets en contra.
El lunes, en Bocanegra, tuvimos como invitado a Andrés Villena, último fichaje del equipo ahorrador que, entre otras cosas, nos sorprendía con unas palabras acerca de la importancia de no confiarse nunca. “Nunca se sabe si en los play offs, otros equipos como Teruel, pueden haber mejorado y nos hacen pasar dificultades. El pasado año, Teruel parecía dominar y al final la Liga fue para Unicaja”.
Enfrente tenemos al Almería, que sólo ha ganado dos partidos en las 17 jornadas que se llevan de campeonato y que además los ganó en las tres primeras jornadas del mismo. Los rojiblancos son colistas, llevan catorce semanas sin vencer y presentan un mísero balance de seis puntos de los últimos 27 posibles. Su técnico, Joan Carrillo, no conoce la victoria.
En Agosto, representantes del club, con su presidente Alfonso García a la cabeza, no se turbaron a la hora de hablar del ascenso como el gran objetivo y de manifestar que se había conseguido cerrar una plantilla competitiva para afrontar tal reto. Cierto es que tampoco es que se diera el regreso a Primera como algo conseguido, pero las palabras que se escucharon apuntaban que cualquier otro resultado podría ser considerado como un fracaso.
Si en esos días a alguno de nosotros, los pérfidos periodistas, se nos hubiera ocurrido preguntar a Alfonso García si firmaba la permanencia, quedar quinto por la cola, seguramente hubiéramos obtenido algo muy parecido a una carcajada por respuesta.
Cuando se hacen planes, cuando se realizan previsiones, en esto del deporte, me acuerdo siempre de mi amigo Antonio Tapia, aquél técnico que subió al Poli Ejido de Tercera a Segunda con dos ascensos consecutivos. Una vez logrado el primero de ellos, el de Tercera a Segunda B, logró colocar al equipo a la cabeza de la clasificación desde el principio de Liga. Provocó cachondeo, el bueno de Antonio, un tipo listo como él sólo, porque faltando ya poco para el final, con el equipo líder, cada vez que era preguntado, seguía afirmando que el objetivo de un novato en la categoría no podía ser otro que la permanencia.
Es la diferencia entre unos y otros. En Almería tenemos, ahora mismo, un equipo que ha perdido tres sets y ningún partido en toda una primera vuelta y que sigue tomando precauciones, porque en esto del deporte nunca se sabe; y otro equipo que antes de empezar el campeonato ya hablaba de ascenso como si no existiera otro objetivo.
Quizás esta comparativa… pueda explicar muchas cosas.
