Para hoy, le tengo preparada a la Unión Deportiva Almería, a su presidente, a los miembros de su comisión deportiva o lo que quiera que sea eso, aquello de: si es blanco mal y si es negro también.
No seré yo quien juzgue los fichajes que anunció ayer el Almería, como primeras muestras de vida inteligente en el mercado de invierno rojiblanco.
Me considero más bien cobardón y, como el aficionado que prefiere ver los toros desde la barrera, yo prefiero verlos antes en acción, no sea que me tenga que ver tragando palabras… como Soriano traga las indicaciones, sugerencias o sutilezas de su querido presidente.
No parece que hayan entusiasmado los primeros nombres. Tiene la manía el Almería, últimamente, de fichar veteranía, cuando lo que mejor le ha funcionado ha sido la juventud y la pujanza de gente como Pozo o Puertas, pero habrá que convenir que la llegada de Nano en agosto, sobre la bocina y dejándonos a todos con las patas pa’rriba, no fue mala en absoluto.
Ayer hasta el ecuador de la tertulia estuviéramos repartiendo estopa debido a la parálisis contratante en el cortijo de Groucho: ya sabéis, aquello genial de ‘la parte contratante de la primera parte y la parte contratante de la segunda parte. Sin embargo, en ese momento se anunció la llegada de Borja y, a media tarde, la de Javi Álamo.
Bienvenidos sean. Yo desde luego pienso que mejor equivocarse en fichajes que no hacer nada, sobre todo porque hacer una segunda vuelta peor que la primera sería un logro al alcance de pocos, acaso de la banda del Mirlitón y pocos más.
Ahora bien, si éstos que ya se han anunciado y los que estén por venir, si se confirma que el paquete asciende a cinco o seis futbolistas en total, lo hacen bien, habrá cera para los ‘Alfonso’s Boys’, puesto que no sé qué demonios han esperado para traer gente. Como dije el otro día, los puntos que nos volaron ridícula y lamentablemente el otro día en Reus, ésos ya no los levantan los fichajes, ya vengan de la India o de la Thailandia de Tearasil.
Eso, si funcionan; porque si no funcionan, entonces habremos de pasar factura una vez más a un club en el que el presidente vive de vacaciones futbolísticas en su taifa de Águilas y aquí sus chicos no terminan de explicarnos a qué diablos se dedican.
Pero insisto: paciencia, que aún quedan fechas para reservarnos el análisis.
De momento, descartamos que el Almería estuviera muerto. Cierto es que no se movía, pero más bien, estaba de parranda.
