Javi Montoya

Estupiñanes y callejones

Me van a permitir la licencia de recordar aquel Real Madrid de Florentino, en su primera etapa, cuando tenía como buque insignia en plantilla a Zinedine Zidane, ahora entrenador. Era la época de los galácticos, con el francés de origen argelino bien secundado por otras estrellas traídas por Pérez a golpe de talonario, como Figo o Ronaldo Nazario, en perfecta fusión con gente de la casa que estaba perfectamente en órbita pese a que sus máximos exponentes salieran años después con más pena que gloria: Raúl, Casillas o el propio Pavón no fueron valorados como seguramente merecían y tuvieron un final anticipado y triste como merengues.

Pero yo he venido aquí a hablar de mi UDA, no de Zidanes ni Pavones. Y lo que veo en este club, si es que tuviera que extraer alguna política de fichajes o conformaciones de plantillas, son Estupiñanes y Callejones. Me explico: sin menospreciar a Pervis, me parece claro ejemplo de jugador que llega a Almería en los últimos años y que, con la misma o más pena que llegó, va languideciendo sin demostrar estar a la altura.

Ahí está también Juan Muñoz y cada temporada van desfilando jugadores que no carburan por distintos motivos: desde el último de 2017, Nauzet, pasando por Isidoro, Chuli, Herrera y un largo etcétera. Y esos son los que van cortando la progresión de los que realmente pueden ilusionar al aficionado…

Pozo aparte, por ser de los pocos motivos de ilusión en estos tres amargos años, amén de las paradas de René, ¿qué nos queda? Pues nos quedan los herederos, los chavales. Esos que, a las órdenes del que merecería que a la tercera fuera la vencida, asoman la cabeza a categorías superiores. Gaspar, aunque con ficha del filial como el mismo Pervis, es uno más: lo de la ficha con el B es una alfonsada, ya no sorprenden sus mezquindades, con perdón.

Las bajas del primer equipo han hecho asomarse a muchos más pero destaco dos: Corredera, que llegó ya al Almería B con vitola de líder, y, sobre todo, porque su caso ilusiona más aún al ser almeriense, Fran Callejón, que sin Mandi hasta final de temporada ni Verza un par de semanas más, sumado a la racanería de no buscar más refuerzos, debe convencer a Lucas, si Alcaraz le deja, de que es mejor que Sulayman -imaginen al técnico granadino, cogiendo del pecho al chaval de Pujaire, emulando aquella mítica escena del difunto Aragonés arengando a Reyes, flamante fichaje del Córdoba y entonces compañero de Henry en el Arsenal-. Ya, yo tampoco lo veo…

Futbolistas almerienses que puedan ser profetas en su tierra surgen con cuentagotas. Qué solo estuvo Jose Ortiz en su momento y qué gran vacío dejó hasta que surgió Puertas -que volvió a Granada por la de atrás- y hace un par de campañas Joaquín tomó el relevo. Que el de Huércal se consolide, que Callejón y los que puedan venir no sean flor de un día. Eso es lo que de verdad motiva al aficionado. Lo demás, tal como se llevan haciendo las cosas, son ganas de perder, cada cual lo que le corresponda: tiempo, dinero, nervios… Para rematar, volviendo al Madrid y sin ser yo madridista sino todo lo contrario, recurro a esa última charla de Benito Floro en la debacle de Lleida para apelar a nuestros Joaquines y Callejones: ¡que sois el Almería, hijos!

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba
Verificado por MonsterInsights