Pervis

Hay quien piensa que tengo algo en contra de Pervis Estupiñán. Alguno de los que lo piensan habla habitualmente en Radio Marca Almería; ya sabéis: no hay peor cuña que la de la propia madera. Pero todos los que lo piensan e incluso lo dicen, incluyendo a mis cainitas compañeros, están equivocados; pero no equivocados como el que le puso el nombre al primer nieto del Rey Juan Carlos; ni como el que elige los árbitros de las eliminatorias europeas del Real Madrid; ni tan siquiera como el aconsejó a Paquirrín hacerse cantante; digo equivocados de verdad.

A mí Pervis no sólo me genera un tremendo cariño, puesto que es un chaval joven, alejado  de su casa y de su familia y que, al menos desde mi posición, parece ser un currante y un profesional como la copa de un pino. A mí, la verdad, Pervis me merece un tremendo respeto, precisamente porque lo veo siempre cumplir con su trabajo de manera abnegada, entregada y seria, sin guardarse nada, sin hacer prisioneros, haciendo del todo por el todo su filosofía deportiva y personal.

Cierto es que, con todo eso, yo jamás pondría a Pervis a jugar como defensa lateral. Y La razón es sencilla: no sabe hacerlo. Él no tiene absolutamente ninguna culpa y, es más, si se empeña, va a aprender. Por una razón muy sencilla: a voluntad no hay quien le gane. Pero hoy por hoy no sabe. Y la obligación del entrenador es poner a los que están mejor en cada momento, no a los que algún día estarán estupendos.

Si yo tuviera que utilizar a Pervis en mi once inicial, que creo que ahora mismo no lo haría porque entiendo que hay futbolistas que pueden dar mucho más que él, lo situaría siempre como interior, pegando a la banda, sí; pero donde su falta de aplicación defensiva pudiera causar problemas

Ya sé que ha sido Lucas el que le ha dado a Pervis el puesto de lateral titular, por delante de Nano; y que ahora ha llegado Fran y, de momento, ha ratificado esa decisión. Y que si dos entrenadores profesionales están de acuerdo en ello, seguramente el equivocado seré yo.

Pero mis cortos entendimientos futbolísticos me indican que desde que juega Estupiñán, todos los rivales han volcado sus ataques precisamente por la banda que él defiende y no han disimulado su enconamiento en buscarle la espalda una y otra vez… con éxito una y otra vez.

Y voy a insistir una vez más, quien quiera ver en estas humildes líneas una crítica contra Pervis se equivoca; más que nada, lo que suponen son una alabanza a su exquisita profesionalidad y un ruego a quien lo coloca en el puesto equivocado: el de que se empeña en asignarle una misión para que no parece ser el más preparado de la plantilla.