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RADIOBLOG: Por Víctor J. Hernández Bru.
Es el concepto que Alfonso García Gabarrón, su director de cantera y la UDA en general tienen de la liberta de expresión y del derecho a la información.
Si me permitís, os voy a relatar una anécdota que tuve la oportunidad de vivir el sábado por la tarde, en la Ciudad Deportiva de Los Ángeles.
Con la intención, juzgad vosotros si más o menos sana, de darle bola a los equipos almerienses que militan en la máxima categoría juvenil del fútbol español, la División de Honor, el Almería y La Cañada, me acerqué a cubrir el primer derbi de la temporada entre ambos.
Tengo que reconocer que es una categoría a la que demos repercusión habitualmente, por lo cual muchas veces tengo que escuchar a aficionados, jugadores y entrenadores, entre ellos nuestro profe David Cartagena, técnico ‘cañaero’, reclamar un poco de atención. ¡Qué mejor ocasión que el primer partido de la temporada, que además era un derbi entre ambos!
Tampoco es que hiciera un esfuerzo sobrehumano para ello, pero la realidad es que estaba a 40 kilómetros de Almería, tuve que abandonar una reunión familiar y meterme esos 40 y otros 40 de vuelta. Creía y sigo creyendo firmemente que merecía la pena hacerlo, para contribuir a la difusión de nuestro deporte base, de la que alardeamos, creo que con razón, en Radio Marca Almería.
A mi llegada, como es habitual, como quiera que en esta instalación no había tornos para poder pasar mi abono del club que jugaba como local, la UDA, me identifiqué ante el portero, que me dijo que si había avisado de que iba a ir. Sinceramente, en más de dos décadas de profesión, jamás me habían preguntado si he avisado para ir a cubrir un evento, pero mucho más uno de cantera. Le dije que no y me respondió que tenía que hablarlo con Agustín, el director de cantera rojiblanco:
- “Está aquí Víctor, que dice que viene de Radio Marca”.
La llamada fue breve y la respuesta categórica: “Si quiere pasar, que pague!”
A mi lado, mi compañero Javier, reportero gráfico de Diario de Almería, fue recibido por el mismo señor, con saludo cordial y sin pedir ni tan siquiera identificación. “Buenas tardes; pasa”.
Hice lo que me pedían. Lo de menos, obviamente, fueron los 5 euros de la entrada con los que he contribuido a la generosa y suculenta caja que ha hecho este verano Alfonso García Gabarrón; a los 3 millones de euros que ha ingresado por traspasos, yo he contribuido modestamente con 5 euritos más. Que los disfrute.
Pero lo sustancial es el gesto, la forma que los señores que gestionan el club, con su presidente a la cabeza, entienden lo que es del derecho de la información, cómo se erigen en los jueces que dictaminan qué público, el de una emisora u otra, el de un diario u otro, tiene derecho a la información y quién tiene que pagar por ella, saltándose a la torera ese concepto del derecho a ser informado.
Quiero agradecer el apoyo de la Asociación de la Prensa de Almería a esta emisora ante esta nueva tropelía del club de García Gabarrón, esta vez con la lamentable connivencia de quien se supone un profesional del fútbol, en lugar de un ejecutor de este tipo de miserables encargos; y también de quienes nos habéis apoyado en las redes, en este nuevo episodio de persecución.
Me quedo, entre otras muchas, con las palabras de mi compañero de Canal Sur, Salva Moya, un tipo que sabe bien en lo que trabaja: “A mí me viene un periodista a cubrir un partido de juveniles y lo primero le pongo una alfombra y luego le invito a pipas y a una Coca-Cola por acordarse de la cantera. ¿Cobrar? Qué vergüenza”.
Querido Salva, entendiendo tu metáfora, es obvio que no hacen falta ni las pipas ni la alfombra. Basta con respetar el derecho de los profesionales, más allá de cuánto te guste o te disguste lo que cuentan.
