Posted by Radio Marca Almería on Monday, September 17, 2018
RADIOBLOG, por Víctor J. Hernández Bru.
Mis primeras palabras, hoy, tienen que ser obligatoriamente para un grupo de jóvenes que, unos en su posición de técnicos y otros de futbolistas, dieron ayer una nueva lección de profesionalidad.
El triunfo de ayer de la UD Almería sobre el Zaragoza, merecidísimo, no sólo son tres puntos muy importantes para la UDA, no sólo significan la salida de puestos de descenso, no sólo representan una inyección de moral, sino que además suponen la victoria de la fe, del trabajo, de la profesionalidad y del esfuerzo.
Ya he dicho una y mil veces que el Almería de este año, como en anteriores ocasiones pero seguramente en esta ocasión aún más, ha ido a la guerra con lanzas, mientras sus oponentes viajan en tanques; pero la realidad es que no siempre Goliat tiene que vencer a David, que el deporte no son matemáticas, que el trabajo y la valentía de quienes no se rinden nunca no sólo son argumentos importantes, sino que en ocasiones suponen el mejor arsenal que un equipo puede presentar.
Ayer, la afición del Almería en el campo y el equipo de Radio Marca Almería en nuestro estudio, los Jesús Martínez, Carlos García Molero, Álvaro Belmonte, Paco Gómiz, Juan Pablo Jurado y yo mismo disfrutamos con un equipo híper-profesional, magníficamente situado sobre el terreno de juego, con una excepcional lógica en el reparto de tareas, con algo de falta de gol en principio, pero superada con una insuperable fe en sus posibilidades y con un empuje y un espíritu de conjunto que hacía mucho que no se veía por estos lares.
Sería muy injusto culpar de todo esto sólo a Fran Fernández, puesto que ayer los jugadores dieron una imagen tan sorprendente como admirable, pero también es cierto que todos, incluido el propio Fran, somos conscientes de que el material que le han dado al míster para trabajar es inferior al de la mayoría de los equipos de la categoría, incluyendo por supuesto y de largo al Zaragoza; y que con esa realidad, ayer fue superior al equipo de Idiákez, haciéndonos recordar la máxima de que, al final, en esto del fútbol juegan once personas contra otras once.
Me quito el sombrero ante el técnico de la UD Almería por lo que está haciendo, pero no puedo ni quiero restar mérito a un equipo del que, ayer, me cuesta mucho trabajo destacar a ninguno, porque prácticamente todos cumplieron a la perfección y con excelencia con su trabajo.
Anoche, muchos nos fuimos satisfechos a casa, pero este humilde cronista mucho más, después de que este equipo y su excepcional entrenador me hubieran permitido cantar lo que para mí fue una gran y épica victoria y escribir una elogiosa crónica de la misma.
Aunque nos queda muchísimo por sufrir, lo de ayer, el partido del Almería, fue para poner una estatua a Fran; pero no sólo a Fran.
