Posted by Radio Marca Almería on Wednesday, October 3, 2018
RADIOBLOG, por Víctor J. Hernández Bru.
Son dos entrenadores que suman más de 30 años en banquillos de cantera, en el fútbol almeriense. Gabri lleva ya más de once, ocho de ellos en el Club Natación Almería, formando chavales bajo la premisa de la educación deportiva; Jota ha superado ya ampliamente los 20 años de banquillo en Vera y por sus manos han pasado incluso padres e hijos jugando al fútbol.
El sábado pasado compartían campo, en banquillos diferentes, en un partido de benjamines, de chavalines de nueve años que mezclan pasión, ilusiones y una tremenda capacidad de aprendizaje.
El partido lo ganó el equipo local, pero nadie piensa ya en el resultado, a pesar de que el partido ha dado el salto incluso a los medios de comunicación nacionales.
El motivo es una durísima entrada de un niño del Vera a otro del Natación, con resultado de rotura de tibia y peroné. Seguramente, todos los que hayamos querido hemos visto el vídeo en las redes sociales, como hemos leído mil y un comentarios del partido.
Ayer quisimos tenerlos a los dos en directo, en ‘La Entrevista del Día’, dentro de ‘La Tribu del Minuto 92’. Ambos estuvieron valientes, generosos, deportivos, conciliadores sobre todo muy sinceros, en un mundo en el que esta última cualidad es un mirlo blanco.
Gabri defendió la involuntariedad de la acción de su rival y animó a Jota en el mal momento que éste está pasando, amén de, por supuesto, darle todo el protagonismo a su jugador lesionado, al que toda la familia del Club Natación Almería va a cuidar y a animar para que vuelva a jugar lo antes posible.
Jota, por su parte, nos confesó que el lunes decidió no entrenar y ni siquiera fue a trabajar. Se sentía mal como entrenador, como educador, por una acción muy equivocada de su jovencísimo futbolista. Pidió disculpas, de hecho ya lo había hecho antes públicamente en un escrito del club, y sin duda alguna defendió que ni hubo voluntariedad del jugador de causar esa lesión ni mucho menos por su parte de alentarlo.
Ambos técnicos estuvieron de acuerdo en la visión de la jugada, un desgraciado accidente motivado por una acción inadecuada de un niño, de un chaval de tan sólo nueve años, que sin duda está destrozado por las consecuencias de su acto, como lo está también la víctima del mismo, que ahora tendrá que recibir ayuda para perder el miedo a pisar un campo de césped.
El hecho es desgraciado y lamentable, obviamente, pero tiene una cara positiva. Si de todo esto sacamos que los dos entrenadores son capaces de animarse mutuamente y de mostrar la cara más deportiva del deporte, de enseñar su pasión por formar no sólo futbolistas sino personas, independientemente del color de la camiseta; y poner por encima de todo la educación de sus jóvenes jugadores, desde luego habremos sacado mucho.
Obviamente, no diré yo que habrá merecido la pena, puesto que el que un chaval tenga ahora el largo período de recuperación que tiene que afrontar no justifica nada, pero la conversación de ayer, al menos, me sirvió para recordar que, en esto del fútbol, todavía hay muchos románticos que emplean horas y horas en la educación de los más pequeños. A Gabri y a Jota, lamentando una vez más lo ocurrido el sábado, enhorabuena por vuestro trabajo.
