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#RADIOBLOGMINUTO92, por Víctor J. Hernández Bru.
Seguramente, a principios de temporada, lo que menos iba a pensar cualquier aficionado de la UD Almería era que, a comienzos de octubre, el primer equipo iba a tener problemas de efectivos.
Con la plantilla más completa y profunda, seguramente de su historia, la UDA afrontaba la Liga despreocupada en cuanto al número de efectivos, a las lesiones y a la extensión de banquillo.
Pero esto es fútbol y aquí no hay nada escrito, nada más que lo que es perfectamente susceptible de terminar siendo papel mojado.
Han bastado dos meses y medio para que en la UDA esté todo el mundo debatiendo si es o no necesario firmar a un central, básicamente porque de los cuatro que hay, dos están lesionados y uno más es un futbolista del que hace dos semanas el entrenador adelantaba que le quedaba mucho por mejorar para ser uno más.
El Almería tiene opciones en su plantilla para tirar de soluciones de emergencia. Una ya la hemos visto en acción y no ha ido mal, la de Iván Martos, mientras que otras dos, la de José Romera y la de Petrovic, tampoco tienen mala pinta.
Sin embargo, en los tres casos, parece que el problema no viene tanto por su rendimiento en esa posición, teóricamente extraña para los tres, sino por cómo quedan los ‘santos’ que se ‘desvisten’ para ‘vestir’ el centro de la zaga.
La cuarta posibilidad está en el filial y se llama Fran Callejon, aunque de momento nadie parece tener en cuenta esa solución como posible.
Y fuera de ello, en principio, ya sólo cabe la opción de firmar; eso sí, tiene que ser un jugador que esté en paro, con lo cual la lista se reduce bastante y se limita a gente que, por tanto, no vendrá con el rodaje hecho. Dicho de otro modo, que mientras cogen o no el ritmo, al menos Owona ya puede estar recuperado, aunque también hay que pesar que, con Ibiza teniendo bastante tiempo para su recuperación y vuelta a los terrenos de juego, esta circunstancia puede volver a repetirse, tanto con lesiones como en forma de sanción.
Dicho esto, escrito este último párrafo, acabo de terminar de convencerme de que la mejor solución es dotar al plantel de un quinto central, que seguramente va a rascar poca bola, pero que amplía las posibilidades de parchear problemas, en el caso de que vayan llegando.
Sería, como quien dice, más que otra cosa, una precaución.
