#RadioblogMinuto92: La euforia, la sinceridad de Gomes y la lección, por Víctor J. Hernández Bru.
Nada más terminar el partido de ayer y a toda prisa antes de que comenzara la rueda de prensa de José Gomes, en mitad de #MarcadorAlmería, me fui a la web de www.marcadoralmeria.com para repasar las declaraciones del ‘míster’ rojiblanco de siete días antes. Encontré rápido lo que buscaba, una frase que decía “ahora hay que frenar la euforia”. Acto seguido, le hice mi pregunta al técnico, en la comparecencia telemática habitual tras los encuentros.
Se lo dije a Gomes y lo repito aquí y ahora: el trabajo de la semana no ha servido para frenar la euforia por el 5-0 ante el Alavés. Esto es el cuento de nunca acabar la historia que se repite en el deporte, profesional y amateur, una vez detrás de otra: el equipo que una semana lo borda y que inmediatamente se piensa que ya está todo hecho, que son fenómenos, invencibles, insuperables y que además no necesitan darlo todo, emplear la máxima concentración para seguir ganando y rindiendo al mismo nivel.
La euforia no es sólo irse a un bar y meterse tres tercios de birra para el cuerpo y gritar desde la barra que no hay quien pueda con nosotros; o salir a la zona mixta y sacar pecho de lo buenos que somos. La euforia, esa enrevesada meretriz del deporte, se transfigura en mil y una formas, pero siempre encaminadas a disminuir el rendimiento de un equipo, de un jugador, de un deportista.
Un entrenador, incluso los propios jugadores, pueden pasar una semana entera repitiendo el mensaje de que no hay nada hecho, de que hay que seguir, de que el próximo rival es incluso más fuerte que el que nos hemos pasado por la piedra, aunque sea de inferior categoría que él. Y luego, a la hora de calzarse las botas, si el nivel de concentración no es el máximo, el rendimiento baja como si los goles de una semana antes hubieran subido al marcador en el encuentro de esta semana.
Gomes lo advirtió nada más terminar el despiporre ante el Alavés y me juego mis mejores calzoncillos de marca a que no ha dejado de repetirlo durante los siete días que han mediado entre la exhibición copera y el ‘bluf’ de ayer ante el Sabadell.
“No hemos estado al cien por cien”, reconocía el míster tras el empate, seguramente el empate más raro de la temporada, pero empate al fin y al cabo.
Todos tienen la culpa, porque aunque el ‘míster’ lo haya repetido y trabajado, es evidente que no ha conseguido que cale el mensaje; y los jugadores evidenciaron ayer que no saltaron al terreno de juego con la misma concentración, ambición y entrega que el día del triunfo ante los vitorianos.
Ah, y otro día, si eso, hablamos de lo del penalti y de ese colegiado tan celoso del reglamento. Pero hoy, hoy lo que toca es analizar lo nuestro, eso que, como dice el ‘míster’, sí lo podemos controlar nosotros.
