Blog #PsicologíayDeporte, ‘Perder para poder ganar’ by Francisco Martínez Gómiz
En plena vorágine de JJOO he parado a reflexionar sobre el valor de la victoria. Se trata de dos semanas frenéticas de deporte, donde no da tiempo prácticamente a asimilar un resultado cuando se ha producido otro en otra disciplina distinta, distintos deportes, o mismos deportes con representación masculina y femenino, o deportes mixtos, individuales, por equipos, por relevos…., cada 10-15 minutos actualizando noticias para poder prestar atención a todos los frentes que se generan.
Un montón de disciplinas deportivas, no sólo futbol, baloncesto o balonmano, deportes de seguimiento masivo, sino que deportes como esgrima, waterpolo, vela, piragüismo, judo, escalada, mountain bike, tiro con arco, lucha grecorromana….., conviven estos quince días de locura deportiva.
No has visto una competición de bajada de aguas bravas en tu vida pero como hay opciones de medalla de una española te sientas delante del televisor, si gana “España es la leche…”, sino gana medalla “sólo ha sido cuarta…”
Lleva unos días rondándome por la cabeza la idea de que para ganar hay que pasar por unas cuantas derrotas y que no ganar una medalla no es un fracaso ni mucho menos. “Medalla de chocolate” es el apodo que le dan al cuarto puesto, de chocolate….., porque has sido cuarto en una disciplina en la que compiten los mejores del mundo, del mundo!!! y eres cuarto clasificado…. Se otorga diploma olímpico a los 8 primeros de cada disciplina, insisto, a los ocho primeros. ¿Cuántas veces tienes tú la oportunidad de ser octavo del mundo en algo? Compitiendo contra los mejores, esforzándote al máximo y pese a no agarrar metal estar satisfecho con el resultado.
Parece que si no “rascas” medalla tu participación en los JJOO es un fracaso y, poniendo un ejemplo, Novak Djokovic se ha ido de los Juegos sin medalla, siendo uno de los mejores tenistas de todos los tiempo, sin medalla, ¿es un fracaso? ¿no estar entre los 3 primeros resta en su exitosa carrera profesional?
Estar entre los ocho mejores de tu disciplina es ya un éxito en sí, llegar a pódium es una recompensa mucho mayor pero que está muy caro alcanzarlo, sin lugar a dudas. Ser medalla de oro en unos Juegos es el mayor escalón deportivo de cualquier disciplina deportiva, todos los participantes quieren ese preciado metal, entrenan durante 4 años de ciclo olímpico sólo para ese rato de competición y cada atleta se esfuerza al máximo de sus posibilidades para alcanzar ese objetivo.
Pero para llegar ahí normalmente pierdes otras competiciones, otros europeos, otros grand slam, otros mundiales porque esas derrotas te sirven para complementar lo que te falta, para ser más completo para dar ese plus necesario para alcanzar esa primera posición.
No hay deportista que no haya perdido alguna competición alguna vez, ni los más grandes que puedas imaginar, cualquier deportista de alto nivel ha dejado de ganar un campeonato, pero lejos de rendirse y bajar los brazos, se conjura para entrenar más fuerte y que el trabajo y la constancia den sus resultados.
El éxito es efímero, hay muchas más probabilidades de perder que de ganar, aceptemos las derrotas como parte del aprendizaje para ser mejores atletas, para mejorar uno mismo, que, al final, ese debe ser el objetivo, mejorar uno mismo independientemente de los resultados, si mejoras, tarde o temprano los resultados se van a dar.
No despreciemos la derrota, es un aprendizaje como el propio entrenamiento. La derrota te marca en qué tienes que mejorar, dónde están los puntos fuertes de tu rival y cómo contrarrestarlos para poder estar más cerca del éxito. No siempre el trabajo va a dar como resultado una medalla, si todos los atletas que han trabajado incansablemente durante este ciclo olímpico tuvieran medalla por las horas dedicadas en entrenamiento habría que dárselas prácticamente a todos los participantes en estos JJOO porque no me cabe la menor duda de que han entrenado todo el tiempo posible para conseguir resultados.
La derrota también nos sirve para valorar victorias pasadas, para poner de manifiesto que los rivales se han entrenado duro para conseguir desbancarte de esa situación de privilegio y para resaltar lo difícil que es alcanzar el éxito.
No seamos tan tremendistas, no nos dejemos llevar sólo por el brillo de las medallas, cada 4º, 5º o 12º puesto tiene detrás muchas horas de entrenamiento, de ir más allá en rendimiento, pero sólo puede ganar uno aunque eso no signifique que no pongamos en valor el resultado del resto. ¿Has pensado en qué disciplina estarías entre los 10 mejores del mundo?
Espero vuestras respuestas, me gustará leerte.
Totalmente de acuerdo, Paco. Y me parece importante poner en valor el esfuerzo enfocado en metas a largo plazo. Te aporta una manera particular de entender la vida. En la sociedad de la inmediatez… toda una referencia, toda una inspiración.