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VÍDEO BLOG #Minuto92: El jugador, ese personaje extraño y tan difícil de conocer

VÍDEO BLOG #Minuto92: El jugador, ese personaje extraño y tan difícil de conocer, por Víctor J. Hernández Bru.

Jugadores de fútbol, de deporte en general, hay de tantas clases como personas. Por eso es tan difícil conocer su mente, su personalidad, sus reacciones, lo cual constituye, precisamente, la labor de todo entrenador.

El material con el que trabaja un entrenador son los jugadores y, dentro de un vestuario, los hay de todos los colores, en la mayoría de los casos con un denominador común, por mucho que casi todos digan lo contrario: sus propios intereses por encima de los del colectivo. De hecho, el colectivo no es más que la suma de sus intereses.

En estos días, asistimos a episodios que demuestran esta complejidad mental del ‘homo futbolisticus’. Así, por ejemplo, la UD Almería se ha enfrentado a un equipo que ha llegado mermado por muchas bajas obligadas y una que no lo era tanto, la de un tal Borja Garcés, que un día se animó a solicitar permiso para ir a la boda de su hermana y, ante la denegación, tomó la decisión de ir, contra viento y marea. Sin conocer en profundidad los entresijos, parece evidente que la decisión del técnico del Leganés partió de la base de la cantidad de ausencias que tenía en el equipo y que más aún que es absolutamente intolerable que un jugador decida no ir a su puesto de trabajo, por mucho que se case su hermano. Sin embargo, hay quien le da la razón al futbolista en este caso.

Mientras, en Almería asistimos cómo la mano de un entrenador ha servido para que un equipo cuyo potencial se cuestionaba y del que se conocen graves episodios de indisciplina en épocas recientemente pasadas e incluso actuales, contemporáneas, se haya convertido en una aparente piña, en un grupo de profesionales que reman todos en la misma dirección.

No seré yo quien ponga la mano en el fuego porque no se vayan a suceder más problemas de aquí en adelante, pero tampoco seré quien niegue que un tal Rubi ha conseguido que algunos jugadores que tan sólo pensaban en sí mismos, al menos hayan alcanzado la apariencia de hombres de equipo, obviamente, también tras la inclusión en el grupo de profesionales mucho más colectivos que individuales, de los que seguramente adolecía el plantel en pasadas campañas.

Insisto en que el futbolista es un ser extraño, singular y, en muchas ocasiones, movido más por el egoísmo que por otros resortes. Ése es el entorno que se encuentra un entrenador a su llegada al vestuario, sabiendo además que su futuro pende del hilo que sujetan éstos, que si deciden que el entrenador cae, éste caerá.

Es pronto para hablar, pero me empieza a parecer que Rubi, que no lo tenía fácil ni tenía un entorno apacible, sabe bastante lo que se hace. Ojalá dure.

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