A menudo uno de los temas sobre lo que más me consultan es sobre ¿Qué es la felicidad? La respuesta no es ni sencilla ni se ajusta a una sola definición. Felicidad para unos es disfrutar de la soledad, para otros es completamente lo contrario. Felicidad para unos es disfrutar un fin de semana en un pueblo de difícil acceso con la familia y para otros es irse con los amigos a una gran urbe y así podríamos seguir con infinidad de ejemplos.
Pero ¿la felicidad es un sitio donde llegar, algo que se compra (o materializa, como un viaje, por ejemplo? ¿qué “leche” es eso de la felicidad? Es un instante o por el contrario debe perdurar en el tiempo para considerarse felicidad…
Vaya como he empezado el video blog esta semana, algo profundo ¿no? Todo esto para describir la situación de la UDA en estos momentos. El Assy es feliz, lo dijo el otro día en la Universidad, incluso se lanzó a hablar de festejos y parafernalias varias para el ascenso. Rubi es feliz, al míster le salen los planes bien, analiza bien al rival y en las segundas partes, habitualmente, remata los partidos. Muy acertado hasta la fecha con los cambios y con las disposiciones tácticas del equipo.
Son felices los jugadores, se les nota más relajados, en rueda de prensa no están tan presionados, su comunicación no verbal durante los entrenos también es muy positiva, no hay mejor “lifting” facial que 7 victorias (y que siga la racha) consecutivas.
Somos felices los aficionados. Tras el año más raro de nuestras vidas, con la afición ya en el campo de nuevo, el rugir del campo en la segunda parte se percibía hasta detrás de la TV. Es una simbiosis perfecta equipo-afición.
Y vuelvo entonces al tema de la felicidad, ¿qué es? Pues es ver como tu equipo lidera la tabla con holgura y distanciándose jornada tras jornada de sus perseguidores. Es ver la disposición táctica del equipo y la entrega de los jugadores, los recursos que posee para hacerle frente a las dificultades que plantea cada rival y la sensación de que cada miembro de la plantilla se deja el 100% de lo que tiene juegue 90 minutos o juegue 10 minutos.
Felicidad es escuchar al Mediterráneo corear cada ataque, cada ocasión, cada córner y gritar gol una y otra vez. La felicidad compartida siempre se disfruta más y el ambiente que se está generando en el campo en cada partido recuerda mucho a etapas pasadas de gran recuerdo.
Felicidad es que abran espacios deportivos de radio, TV y webs con el liderato incontestable de un equipo situado en uno de los extremos de nuestra península. Que estés fuera de casa y te digan “vaya pedazo de equipo que tenéis y como juega”. Felicidad es ver el rojo y el blanco dominando la competición y cómo los rivales se rinden ante los recursos de este equipo, si, equipo, que proyecta en los demás una sensación de inabordable.
Felicidad es disfrutar de las siete victorias seguidas, cada una con su intrahistoria, pero victorias al fin y al cabo. Felicidad es disfrutar del trayecto, el tan manido “partido a partido” y si todo sale bien, si somos muy felices disfrutaremos de un premio mayor.
No pienses más allá, no desvaríes con lo que puede o no puede suceder, ve al campo o siéntate delante de tu TV a disfrutar de un equipo que lo está haciendo a las mil maravillas. Que ha alcanzado una madurez que desde el campo se está transmitiendo a los despachos y que esperemos que no se altere este buen binomio porque es la clave para conseguir cotas mayores.
Así que este fin de semana disfruten del líder, disfruten del Almería, sean felices.
¿Vosotros que pensáis? Espero vuestros comentarios.
