VÍDEO BLOG #Minuto92: Rubi, la Liga, la Copa y la alineación indebida, por Víctor J. Hernández Bru.
Yo comprendo a Rubi. Lo comprendo perfectamente, aunque nunca he pensado, y ahora tampoco, que existan las confabulaciones, los contubernios y las estrategias para hundir a equipos digamos díscolos. Sin embargo, me parece razonable que, como con las meigas, que dicen que haberlas ‘haylas’, se tomen precauciones.
El domingo tras el partido, Rubi encarnaba lo que dejó dicho un día John Benjamin Toshack, cuando reconoció que después de un mal partido cambiaría a los once, aunque a lo largo de la semana, cuando pasaban los días, iba calmándose y al final terminaba poniendo a los mismos siete días después.
Rubi subió a sala de prensa tras el choque ante el Cartagena más caliente que las pistolas de Coyote, pero ayer, con 48 días de reflexión, no es que diera un paso atrás ni se arrepintiera, pero matizó. Eso sí, matizó con cierta valentía, porque mantuvo por ejemplo lo de la injusticia de que se obligara a su equipo a jugar ante el Cartagena pero en cambio se suspendiera el encuentro de Lugo.
Pero sí matizó lo de la alineación indebida, descartando incurrir en tal circunstancia y llegando a afirmar con claridad que quiere ganar en la Copa, algo que personalmente me parece una temeridad, puesto que si siempre he pensado que lo que más conviene al cuadro rojiblanco es dejar pasar tal competición y centrarse en la Liga, evitando las complicaciones que sufrió el pasado año; eso ahora se exacerba hasta el límite, puesto que, en las precarias condiciones en las que está el equipo debido al Covid, las sanciones, las lesiones y la Copa de África, no cabe duda que afrontar dos competiciones es algo así como el ‘fumar en las gasolineras’ aplicado al fútbol.
Así las cosas, yo personalmente confío en que lo escuchado ayer en la comparecencia pre-partido no sea más que un ‘quedar bien’, un volver al redil y acatar las normas sin refunfuñar demasiado, no sea que venga el ‘coco’; pero que en realidad el catalán tenga claro que lo de Elche es el pasaporte definitivo a la Copa de este año y sirva para decir un adiós honroso que le permita centrarse en un ascenso que no es que se haya complicado, pero que ya no está tan claro como hace tres semanas, cuando la frontera con sus más inmediatos perseguidores estaba más cerca de la decena de puntos que de la posibilidad de ser cazado.
