A los entrenadores que van con una racha positiva no les suelen gustar los “parones” pues pueden perturbar esa buena racha. Es habitual en baloncesto cuando el equipo contario ha tenido acierto en los tres últimos ataques seguidos pedir un “tiempo muerto” para dar instrucciones a los tuyos pero, sobre todo, para corta esa dinámica positiva del equipo contrario.
A los equipos que no están en esa racha positiva, estos “parones” son un oasis en medio del desierto, una nueva esperanza de enderezar el rumbo y poder subirte a la “ola” buena.
No le ha sentado bien a la UDA este parón navideño. El equipo más sólido de la categoría, con mejor defensa y mejor ataque y, sin duda, el equipo más solvente en comparación con los demás oponentes el domingo pasado se llevó un buen revés.
No es sólo el “parón” los casos de COVID en la plantilla han mermado la alineación hasta el punto de tener que poner a jugadores fuera de su ubicación natural en el campo. Se notó la inactividad (recordemos que la última jornada del año no la pudo disputar la UDA en Lugo por suspensión debido al “bichito”) se le notó falta de rodaje, de automatismos, de estar en plena forma, seguramente debido a que muchos de los que jugaron no han sido los más habituales. Conclusión, el equipo rival (que también venía con muchas bajas por COVID) se pone por delante en un balón parado (saque de corner) en un error inhabitual esta temporada en defensa y en una categoría tan igualdad eso es mucha ventaja para el rival.
No dejó de intentarlo la UDA, con mucha más voluntad que acierto y juego y no hubiera sido injusto, al menos, el empate. Pero no llegó ese gol, esa piedra preciosa que es batir la portería rival y primera derrota en los Juegos Mediterráneos.
Pese al resultado me gusto la actitud del equipo, echándose el partido a la espalda, no poniendo excusas y tratando de igualar la contienda en todo momento pese a que el juego no era el más fluido de la temporada. Siempre podemos poner excusas a lo que nos sucede a diario o podemos intentarlo sin descanso. Y el equipo eligió esta última opción, luchar con los argumentos que había en el campo y pese a estar con muchos titulares de baja por el maldito COVID.
En mis sesiones de Coaching trato de hacer hincapié que una cosa es el esfuerzo y otra el resultado y, a veces, no concuerdan ambas situaciones. Pero si te puede asegurar, que con mucho, mucho, mucho, trabajo, al final siempre se consiguen los objetivos.
¿Quién no ha sufrido un revés en su trabajo o en su vida? Algo inesperado, incluso injusto desde tu punto de vista por el empeño y entusiasmo que has dedicado. Y podemos quejarnos amargamente de esta situación, estamos en nuestro derecho por lo injusto de la misma, o podemos levantar la cabeza, luchar por revertir el resultado y aprender de cara al futuro, yo prefiero esta segunda opción claramente.
Pensar que se van a ganar todos los partidos que quedan de aquí al final de temporada es una quimera, en algún momento el equipo volverá a perder porque el rival lo ha hecho mejor que tú y nada más, a trabajar durante la semana para mejorar esos errores. Pero la lucha, la entrega, eso es innegociable y pese a que la empresa era difícil, el equipo no le perdió la cara al partido y eso, para mí, es muy meritorio más allá de no sumar los 3 puntos en liza.
Y esto no para…, Jueves partido de Copa frente a un Primera División y un entrenador de nuestra tierra (para más morbo) y Domingo partido complicado en las islas afortunadas contra un equipo muy fuerte en su casa y que después de 20 años le ha ganado un derbi al eterno rival (Tenerife) en su casa, la moral por las nubes….
Podemos seguir quejándonos amargamente de la “mala suerte” por los contagios COVID de la plantilla (seguir mirando por el retrovisor sin fijarnos en lo que viene por delante) o se puede trabajar en las características del rival del próximo encuentro, cometer los menos errores posibles y entregar hasta la última gota de sudor en el campo para sacar un resultado a favor de nuestros intereses.
Los reveses no los vamos a poder evitar nunca, nuestra actitud es lo que determina el resultado final de ese revés. Con una buena actitud seguramente aprendamos más fácilmente y limitemos la aparición de errores, con menos errores es más fácil estar cerca del buen resultado. Con una actitud negativa ocurre todo lo contrario, no aprendemos, por lo que el error volverá a aparecer una y otra vez.
Frente al revés la mejor arma es la buena actitud y ésta se puede trabajar para aumentarla en tu repertorio diario.
¿Tú que piensas al respecto? Me gustará leerte
