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BLOG #PsicologíayDeporte: ‘Cultura del esfuerzo’ by Francisco Martínez Gómiz

Tras la avalancha de halagos a Rafael Nadal por su épica victoria en el Australian Open de tenis que le convierte en el jugador masculino con más Gran Slam de toda la historia me gustaría destacar algunas cuestiones que desde la psicología me ha gustado reseñar y aplicar y en algunos artículos he expresado.

La victoria de Nadal tiene muchas lecturas y todas ellas aplicables a nuestro día a día. Después de un 2021 bastante aciago donde casi seis meses de competición estás inactivo a causa de una lesión que no es nueva pero que cada cierto tiempo le da dolor de cabeza, el nivel competitivo de tu juego decae, decae mucho porque mientras otros siguen jugando y desarrollando sus habilidades tú estás parado y sin poder entrenar.

Otros muchos jugadores en su misma situación con la trayectoria profesional que tiene, con infinidad de triunfos y record que tardaran en desaparecer…, la salida fácil podía haber sido “me marcho, lo dejo, no tengo que demostrar nada” y los aficionados lo hubiéramos entendido y nos hubiera entristecido su retirada de las pistas pero lo hubiésemos entendido y hasta valorado más todo lo que ha ganado hasta la fecha.

Pero los campeones de verdad, esos que ganan hasta cuando no tienen un resultado positivo, esos que su único objetivo es ser mejor que ellos mismos (no mejor que sus competidores, sino superarse a ellos mismos) no tiran la toalla tan fácilmente, su instinto competitivo lo llevan al máximo y no renuncian tan fácilmente como podríamos hacer otros en circunstancias parecidas, por eso son supercampeones durante tanto tiempo.

Nadal, como Gasol en su día, no quería (ni quiere) retirarse a causa de una lesión. Quieren hacerlo en la pista, esa que tantas alegrías (y tristezas) le ha aportado en su vida, Compitiendo, tratando de superar al rival pero ante todo, tratando de superarse a sí mismos.

Para ganar mucho hay que perder. Nadal ha jugado 30 finales de Gran Slam, ha ganado 21 y ha perdido 9, 9 veces ha sido superado por el rival. Eso, a menudo se nos olvida, la victoria tiene detrás muchos sin sabores y muchas derrotas que marcan el camino de la siguiente victoria. Porque estos supercampeones se motivan para poder superar las dificultades que le ha planteado el rival y si pierden quieren volver a enfrentarse cuanto antes para comprobar que has avanzado, que estás más cerca de ganar o que simplemente le ganas, que has sido mejor en esta ocasión.

Que no se nos olvide que para ganar mucho hay que perder mucho. La derrota es parte de la victoria, es aprendizaje, es reconocimiento al rival de lo bien que lo ha hecho y es el camino para mejorar y volverlo a intentar.

Y detrás de un éxito de estas características hay mucho, mucho, mucho, mucho, muchos…., trabajo. Muchas horas de entrenamiento, muchas horas de fisio, muchas horas de visualización de partidos, de estudio a los rivales, de mejora de saque, volea o lo que sea…., pero muchas horas….. Solo vemos los partidos, solo nos quedamos con las victorias de Nadal pero detrás de cada 2-3 horas de partido hay 200-300 de entrenamiento. Nada es casualidad, cuanto más entrenas más cerca estás de ganar.

Otro aprendizaje importante es no dejar de luchar. Vas perdiendo 2-0 y en el tercer set vas con marcador en contra…, a veces en nuestras vidas hemos estado en una situación similar, con todo en contra. Sin embargo Nadal sigue confiando en sí mismo, sigue confiando en sus horas de trabajo, de entreno, en su plan, no da una bola por perdida y va arrinconando a través de empuje y fe a su rival que hasta ese momento se había mostrado superior en los momentos decisivos de cada juego.

No desistas, no bajes los brazos, sigue luchando, sigue confiando en ti mismo, en tu esencia en esa idea que te llevo a ganar alguna vez, al final acabarás ganando aunque la meta te parezca muy lejana.

Y por último el talento “senior”. Juegas contra un jugador 10 años menor que tú, en plenitud física, con la confianza por las nubes, con una técnica exquisita y te va ganando con sus armas que a ti te parecen inexpugnables. Pues Nadal, con su experiencia en momentos críticos (si, esos que en alguna ocasión le provocaron derrotas) consigue enderezar el rumbo, cambiar el sentido del juego y comenzar a dominar en pista. La experiencia es un grado, dicen, es un intangible que te puede dar ventaja si la utilizas bien, gran ventaja sobre tus competidores. No desestiméis el talento “senior” nunca, pueden aportar en el campo, en los entrenos o, incluso, fuera de el. La experiencia debe valorarse justamente porque te da elecciones que no tendrías si no tuvieras esa experiencia. Apostemos por nuestros “senior”, esos que tienen 10-15 años más que nuestra media de la plantilla pero que en los momentos difíciles pueden contar con recursos que nadie antes los habría si quiera imaginado.

Nadal tiene un talento descomunal, una mentalidad de trabajo única, no solo en la victoria sino también en las derrotas pero a lo que probablemente pocos jugadores le puedan ganar es a disciplina, constancia y horas de trabajo.

Quedémonos con estos aprendizajes y no solo con el sabor dulce de la victoria.

Y tú ¿qué piensas sobre este tema? Me gustará leerte.

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