VÍDEO BLOG #Minuto92: Messi ya tiene lo que merecía, pero esto sigue siendo un deporte de equipo, por Víctor J. Hernández Bru.
Estoy feliz por el desenlace del Mundial. No tanto, obviamente, como si la campeona hubiera sido nuestra selección, la española, la de Luis Enrique, que hay que resaltarlo y recordarlo porque hay mucha gente en este país que ofrece dudas sobre si su selección era la española. Pero estoy contento.
Y lo estoy por muchas razones, entre ellas porque soy un profundo admirador de Leo Messi, para mí sin duda el mejor jugador de todos los tiempos. Es curioso esto de que Messi haya sido campeón del mundo por vez primera ya fuera del club que se lo ha dado todo, en Barça, en el que ha estado toda la vida; y cuando ya no es el jugador que era, el que mayor desequilibrio ha provocado en un campo de fútbol.
Messi es ahora otro tipo de futbolista, más maduro, que ha sabido suplir con otras cosas esa velocidad con pelota y ese demoledor disparo que le hizo ser el mejor. Seguramente ahora hay, en el fútbol mundial, futbolistas con más velocidad con pelota y con mejor disparo, pero él es el más inteligente dentro de la cancha. Por eso es el mejor.
Pero más allá de individualidades, el fútbol sigue siendo un equipo y Messi ha sido campeón cuando su selección ha sido un equipo. Lo intentó varias veces, rodeado de compañeros que no conformaban un equipo y fracasó. Y lo ha logrado ahora que el otro gran artífice del triunfo albiceleste, el otro Leo, Lionel Scanloni, ha sabido dotar a la selección los mecanismos de un equipo, de una orquesta, donde todos saben cuál es su papel y lo llevan a cabo como si ése fuera el más importante de todo el colectivo.
Messi merecía ser campeón del mundo, pero no ha logrado serlo hasta que Argentina ha conseguido jugar como un conjunto y no limitarse a arropar al mejor sobre el 105×70. Lo ha hecho en su última oportunidad, pero lo ha hecho, sustituyendo la potencia, la velocidad, el disparo y el desequilibrio por la inteligencia, que es el ingrediente que nunca falla.
Y estoy feliz porque me sigue pareciendo una sensación atractiva y curiosa el ver cómo tanta gente es incapaz de reconocer el mérito de quien no viste sus mismos colores, sean del ámbito que sean; por ver a tanto ciudadano rebuscar en el barro para no rendirse ante el dios del fútbol, Lionel Messi.
La verdad sigue siendo una piedra en el zapato de muchos, un incómodo visitante que no termina de marcharse, un grano en el lugar donde se asienta el equilibrio del cuerpo humano. Y la verdad de reconocer que Messi es el mejor jugador de todos los tiempos, haya vestido la camiseta que haya vestido, es algo difícil de afrontar para muchos, que ven más fácil rebuscar en el cajón de las excusas absurdas y ridículas que reconocerlo.
Gracias Messi y enhorabuena a todos mis amigos argentinos: vuestro es el triunfo de Messi, de Scanloni y de ese equipo que ha sido la selección argentina. El fútbol ya puede descansar en paz.
