La Real perdona al Almería la goleada de la Liga.
Tras una primera mitad de gran superioridad donostiarra, el equipo de Alguacil ha sentenciado en siete minutos tras el descanso, frente a una UDA que no ha sabido nunca meterse en el encuentro.
FICHA TÉCNICA.
UD ALMERÍA. Fernando; Akieme, Mendes (Pozo, m. 74), Ely, Babic; De la Hoz, Robertone (Portillo, m. 65), Melero; Ramazani (Vinicius, m. 65), Luis Suárez (Embarba, m. 54) y El Bial (Dyego Sousa, m. 65).
REAL SOCIEDAD. Álex Remiro; Rico, Elustondo, Le Normad, Zubeldía: Zubimendi, Illarramendi (Guevara, m. 81), Silva (Robert Navarro, m. 81), Merino (Marín. m. 72); Take Kubo (Oyarzábal, m. 71) y Sorloth (Martín, m. 84).
ÁRBITRO. Alberola Rojas (VAR: Jaime Latre). Amonestó al local Babic.
GOLES. 0-1: Silva (m. 46). 0-2: Sorloth (m. 52).
INCIDENCIAS. Partido correspondiente a la decimosexta jornada de liga en Primera División, disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 12.020 espectadores.
CRÓNICA.
La Real Sociedad ha dejado claro hoy en el Estadio de los Juegos Mediterráneos que no juega en ‘la liga’ de la UD Almería. El primer encuentro del año ha servido para evidenciar las diferencias entre el tercero de la tabla y un conjunto que ha de luchar por la permanencia como el de Rubi, que no ha estado en ningún momento en disposición de competirle al cuadro de Imanol Alguacil.
El choque ha pasado de una primera mitad en la que la Real ha mandado con solvencia y gran superioridad, aunque sin gol, a sentenciar en los siete primeros minutos de la segunda con dos zarpazos de calidad. Enfrente, la UDA no ha competido, no ha estado nunca al nivel de su rival y no ha sido capaz de plantarle cara en ningún momento.
Primera parte sólo defensiva.
El arranque del partido ha sido de dominio total de la Real Sociedad, con una presión asfixiante sobre la salida de pelota de la UDA, constantes recuperaciones y sensación de agobio y hostigamiento sobre el área de un Fernando que era el futbolista que más ha tocado la pelota durante el primer cuarto de hora. Quince minutos en la que la ocasión más clara llegaba precisamente tras un despeje de éste para evitar la presión y el remate de Take Kubo, cruzado, que no ha visto portería por poco.
La presión estaba siendo la clave de un partido en el que, aunque sin goles, prácticamente el cien por cien del juego se cocía en el terreno de juego de la UDA, que no aparecía por el campo de su rival y que se defendía como podía de los ataques de la Real y de la presión de ésta en las contadas ocasiones en las que podía tocar la pelota.
Con el paso de los minutos, el verdadero milagro es que la UDA haya llegado al descanso sin encajar gol, puesto que la Real, con más de un 40% de posesión, no ja dejado de atacar en toda la primera mitad, sobre todo con Kubo y Silva en las bandas y con hasta seis futbolistas volcados sobre el área de Fernando. Eso sí, en la recta final, una pelota adelantada sobre Ramazani se convertía en su mejor ocasión, a pesar de que el belga ni siquiera llegaba a tocar el cuero.
Dos zarpazos en siete minutos.
Después de aguantar 46 minutos con la portería a cero, en el primer minuto de la segunda mitad llegaba el tanto en la portería de la UDA, con una jugada por banda, buen centro y el control espectacular de David Silva, que por milímetros salvaba el fuera de juego y anotaba el primero del encuentro (0-1).
Abierta la lata, el peligro era que la Real se desbocase y ahora sí acertara con la puerta todo lo que no lo había hecho en la primera mitad. Y en seis minutos se corroboraba ese peligro, puesto que en el 52 llegaba el segundo, en jugada a la contra con un control y recorte majestuoso de Sorloth, para romper un par de cinturas y batir sin piedad a Fernando.
Con los goles, la Real ha bajado algo el empuje y la UDA lo ha aprovechado, para ganar algo de metros y para intentar alguna incorporación en ataque, pero ya sin la convicción de quien cree que puede dar la vuelta a un partido que había dominado por completo la Real.
De hecho, las mejores ocasiones tras el 0-2 han sido también de la Real, como la doble que han disfrutado en el 82 Oyarzábal y Sorloth, que ha servido para el doble lucimiento de un Fernando que faltaba por aparecer.
