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El Almería resiste y ha podido incluso llevarse los tres puntos de Mestalla

El Almería resiste y ha podido incluso llevarse los tres puntos de Mestalla.

Chumi y Portillo igualan por dos veces las ventajas del equipo ‘che’ en un partido loco con penaltis fallados, otros anulados por el VAR y goles invalidados.

FICHA TÉCNICA.

VALENCIA CF. Mamardashvili; Foulquier, Gayá, Gabriel, Cenk; André Almeida (Illaix Moriba, m. 90), Yunus, Lato (Hugo Duro, m. 79), Kluivert; Samuel Lino (Castillejo, m. 86) y Cavani (Marco André, m. 88).
UD ALMERÍA. Fernando; Akieme Mendes (Pozo, m. 65), Ely, Chumi; Samu Costa, Robertone, Melero (Eguaras, m. 83); Ramazani (Portillo, m. 65), Baptistao (Embarba, m. 77) y El Bilal (Suárez, m. 77).
ÁRBITRO. Gil Manzano (VAR: Estrada Fernández). Amonestó a los locales Cavani y André Almeida y al visitante Melero.
GOLES. 1-0: Kluivert (m. 47). 1-1: Chumi (m. 53). 2-1: Gayá (m. 65). 2-2: Portillo (m. 75).
INCIDENCIAS. Partido correspondiente a la décimo octava jornada de liga en Primera División, disputado en el Estadio de Mestalla, ante 33.000 espectadores.

CRÓNICA.

La UD Almería se ha llevado un punto de Mestalla en un partido loco, que ha tenido de todo, desde cuatro goles hasta penaltis fallados, goles y penas máximas invalidadas y ocasiones para que cualquiera de los dos equipos hubieran sumado tres puntos.

Los goles de Chumi y Portillo, dos ‘no habituales’, han servido para equilibrar por dos veces las ventajas locales y la UDA incluso ha tenido ocasiones para poder haber ganado, como también las ha tenido el equipo de Genaro Gatuso, en un encuentro en el que la precisión no ha sido precisamente la tónica dominante.

Una primera parte de lo que podía haber sido y no fue.

Los primeros compases del partido han sido trepidantes, con un Valencia brutal en la presión arriba, recuperando pelotas que ocasionaban peligro en el área de Fernando, sin duda la que más una en la que la entrega del guardameta ha sido errónea y le ha obligado a él mismo a un paradón para rectificar. A la UDA le ha costado salir, pero en el entorno del minuto 10 ha conseguido sacudirse la presión e incluso ha dispuesto de un disparo lejano de Melero y de un acercamiento por banda que ha terminado con falta en atraque de Ramazani.

Pasado ese primer cuarto de hora, el Valencia ha continuado llevando la manija del encuentro, pero su acoso y derribo sobre la puerta de Fernando ha bajado mucho en su intensidad, lo cual ha equilibrado algo la posesión y, sobre todo, la tensión en el área rojiblanca. La impresión era de que lo peor había pasado.

El transcurso de los minutos evidenciaba dos cosas: por un lado que la UDA no estaba teniendo su día en casi nada, pero también, por otro, que el paso de los minutos le estaba sentando muy mal a un Valencia que perdía empuje y llegada, aunque en el 34, Kluivert estaba a punto de tocar un balón suelto en el área pequeña, ante la falta de coordinación entre Ely y Fernando.

Eso sí, al final del primer tiempo, el partido ha podido cambiar, con un penalti claro por manos en el área del Valencia, que Ramazani ha lanzado al palo, después de una absurda conversación con El Bilal, disputándose ambos el lanzamiento de la pena máxima, ofreciendo una imagen realmente infantil. Una imagen que prácticamente le ponía el cierre al primer tiempo.

Una segunda parte de locos.

Sin embargo, la segunda parte ha comenzado justo con los parámetros cambiados y con el Valencia necesitando nada más que una ocasión de gol para estrenar el marcador, con un centro lateral al segundo palo, en el que Kluivert entraba solo y ante la pasividad de Mendes, para rematar el primer tanto del choque (1-0).

Si la primera mitad había comenzado trepidante, pero sin goles, el arranque de la segunda ha sido de una puntería sorprendente. De hecho, en el 8 llegaba el empate, a la salida de un córner lanzado con precisión por Robertone y rematado con oportunidad y contundencia de cabeza por Chumi (1-1).

El partido estaba tan loco, que tres minutos después, Gil Manzano ‘se tiraba a la piscina’ y señalaba un penalti absolutamente sorprendente, sobre cuya inexistencia el VAR se encargaba de advertir al colegiado. Cuatro más tarde, Samuel Lino marcaba en fuera de juego, también anulado por el colegiado y el Vídeo Árbitraje. La pelota prácticamente no salía de las áreas.

Y para completar la demencia de un encuentro que se desparramaba sobre el césped, Rubi se lo jugaba todo al rojo con la entrada en el campo de Portillo, un futbolista con muy poca continuidad y ninguna brillantez este año, pero que agarraba una pelota perdida para enganchar un remate con el alma, para colocar las tablas en el luminoso (2-2).

Los minutos finales han sido dramáticos, con acercamientos de peligro en ambas bandas, pero sin duda el más claro con un centro al segundo palo que Castillejo remataba fuera, cuando tenía toda la portería para sí. Al final, un punto muy válido para un Almería que cada día tiene más oficio.

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