VÍDEO BLOG #Minuto92: El Almería del oficio, el sainete e Ramazani y El Bilal y la lista de los penaltis, por Víctor J. Hernández Bru.
Desde luego que el de Mestalla no fue un partido para sacar pecho, para estar orgulloso, para confiarse. Pero sí fue un partido, uno más, en el que el Almería no salió derrotado, esta vez como visitante y ante un rival que, le pase lo que le pase, no deja de ser uno de los equipos históricos de Primera División.
Y sí, la verdad es que el partido fue una locura en todo, en el ritmo de la primera parte, en las facilidades defensivas ofrecidas por los dos equipos en la segunda, en las imprecisiones y pérdidas constantes de pelota, en los goles anulados, en los penaltis no concretados, ya digo, en todo.
Pero con todo eso, el Almería no salió derrotado de Mestalla. Y eso me parece destacable. Y creo que hemos llegado a un punto en el que podemos afirmar que el Almería ha adquirido una cierta dosis de oficio, que yo sigo pensando que es uno de los ingredientes fundamentales en un deporte profesional y en especial en éste del fútbol.
El Almería pudo haber ganado en Cádiz, pero no perdió; no jugó nada bien ante la Real Sociedad y ahí sí es cierto que no sumó; luego pudo haber sido goleado ante el Atlético, pero sacó un punto; y visitó el lunes un feudo histórico y no se volvió de vacío. El equipo de Rubi nos está acostumbrando a no salir sin nada de situaciones complejas; a veces complicadas por su propia culpa, pero complejas, al fin y al cabo.
Creo que lleva razón Rubi cuando constata que la UDA es un equipo al que no es fácil derrotar. Y aunque de los últimos cuatro encuentros ligueros no haya logrado sumar ninguna victoria, la realidad numérica es que sólo un adversario ha logrado derrotarlo.
En lo que no estuvo tan fino Rubi, bueno, en lo que no estuvo nada fino fue en el intento de explicación de la chirigota que montaron El Bilal y Ramazani a la hora de lanzar el penalti. Ya es significativo que en un equipo haya siempre tanta confusión sobre quién debe asumir las penas máximas. Recordemos que no es la primera vez que Rubi tiene que salir a explicar situaciones parecidas.
Pero sobre todo me sigue pareciendo increíble, inexplicable, bastante kafkiano que la excusa que el técnico pusiera para el sainete que se vivió en los once metros fuera que El Bilal no había visto la lista de lanzadores prioritarios de penaltis.
Que en un equipo de fútbol profesional, haya un integrante de la plantilla que no sepa quién tiene que lanzar los penaltis es grave; que el entrenador no entienda que lo es, lo agrava aún más; y que intente explicarlo con la naturalidad propia de si El Bilal no hubiera visto el cartel de ‘atención, suelo resbaladizo’ roza o supera el límite del cachondeo.
Rubi, como todos, sabe perfectamente que el responsable de que todos los jugadores se enteren a la perfección de cuáles son las normas y es consciente de que es absolutamente imposible que haya un integrante de la plantilla que esté ajeno a un mandato relativo a algo tan importante como los lanzamientos de penalti. Pero hay algo aún más flipante aún: que Rubi siga yendo a las ruedas de prensa ajeno a que es absolutamente seguro que le pueden plantear preguntas como ésta, o como la del día de Pacheco y, por tanto, sin preparar una batería de respuestas que le eviten quedar de nuevo en ridículo. Y de eso, ojo, Rubi no tiene toda la culpa. Ya sabéis a lo que me refiero.
