Hoy elVÍDEO BLOG #Minuto92: Hay que colocar cinco victorias en un calendario de trece partidos que no se antoja nada fácil, por Víctor J. Hernández Bru.
Trece partidos les quedan a los equipos de Primera División. Trece jornadas para colocar los signos definitivos de la temporada. Trece fechas para elegir entre éxito y fracaso. El Almería tendrá que jugar seis partidos en casa y siete fuera, lo cual empieza ya a no ser un dato demasiado positivo.
Dicho esto, dicen los entendidos que a la UDA le hace falta sumar cinco victorias, quince puntos que unir a los 25 que lleva en 25 jornadas. 25 en 25 hasta ahora y, desde ahora, 15 en 13. Tampoco es una media tan diferente a la cosechada hasta el momento.
Sin embargo, miro y remiro el calendario y no encuentro esas cinco victorias con demasiada facilidad. Los siete partidos fuera de casa son francamente complicados, visitando a equipos prácticamente inasequibles como Atlético, Real Madrid, Osasuna o Real Sociedad, junto a tres rivales directos como Celta, Getafe y Español.
El Almería no ha logrado ninguna victoria en lo que va de campeonato lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Es más, como visitante no ha pasado de tres empates, lo cual le hace ser el peor equipo de las cinco grandes ligas lejos de su recinto deportivo. Siquiera una victoria en esos siete encuentros sería, para mí, una gran sorpresa, además de una auténtica heroicidad, habida cuenta de la trayectoria hasta el momento.
Si el Almería no volviese a sumar como visitante, algo bastante posible todo quedaría a expensas de su rendimiento en casa, donde tendrá seis rivales, ante los que debería sumar cinco victorias para redondear 40 puntos. Eso hace aún más decisivo el choque de este sábado ante un rival directísimo como el Cádiz, así como el siguiente encuentro como local, que será ante el Valencia.
De los otros cuatro, por mal que se nos dé, cuento con los puntos frente al Elche, pero luego habría que sumar, además, dos victorias a repartir entre las citas frente a Athlétic de Bilbao, Mallorca y Valladolid.
Lo que está claro es que la UDA ha sido un mal estudiante, que se ha dejado la lección para el último día antes del examen. No suele ser una buena receta para conseguir los objetivos, pero igualmente evidente es que aún es posible. Eso sí, para pensar en la salvación, el equipo ha de dar un giro radical, lo cual es, probablemente, lo más complicado de todo lo que acabo de relatar.
