Para su primer partido como seleccionador nacional Luis de la Fuente hizo lo de borrón y cuenta nueva y se estrenó enfrentándose a Noruega con una esperada y necesaria revolución de jugadores, aunque después de jugarse el partido para unos fue una convocatoria revolucionaria y clave en el triunfo final y para otros solo significó un estreno “regular”.
Siempre se ha dicho que un cambio de seleccionador es la respuesta a un fracaso y si nos centramos en la época moderna de nuestro fútbol solo Vicente del Bosque tuvo el privilegio de conseguir un proyecto ganador en una etapa brillante de nuestra selección donde se lograron las mayores gestas con un Mundial y una Eurocopa. Este nuevo reto y la reconstrucción de la selección ya se sabe que llevará su tiempo y los retoques de estilo aún más, pues detectar errores no asegura una rápida modificación y de todos es sabido que a España le costó décadas cambiar de la furia al toque y su siguiente paso debe ser encontrar la manera de aumentar la verticalidad que impulse los ataques rápidos y olvidándonos de la posesión improductiva.
Ahora De la Fuente pretende este cambio o “revolución” ya que de los 26 jugadores que fueron al Mundial de Qatar solo recurrió a 12 mundialistas, tira de sangre fresca llamando a 3 “novatos” por su contrastado rendimiento en sus respectivos clubes, se trata del central de Osasuna David García, el mediocentro de la Real Sociedad Martín Zubimendi y el delantero del Espanyol Joselu Mato. Tres estrenos para tres posiciones decisivas, que conforman la columna vertebral de un equipo y recuperando a los veteranos como Iago Aspas y Nacho que vuelve tras no recibir una llamada de la selección desde hacía 5 años, su última presencia fue en 2018. El nuevo entrenador ha introducido grandes novedades en todas las líneas, así en la portería, se quedó fuera Unai Simón por lesión y volvió Kepa ausente en las últimas convocatorias pero dejando patente que la Roja cuenta con un cancerbero de máximas garantías. El vasco protagonizó intervenciones decisivas como la que neutralizó en la primera mitad con grandes reflejos un tremendo disparo de Aursnes, mientras que en el arranque de la segunda mitad sacó un balón que se colaba en su portería tras un despeje fallido de la defensa. También ha roto con la tendencia de sus predecesores con llamadas masivas de jugadores del Barça al jugar solo Gavi y Balde y quedándose por el camino jugadores veteranos y con peso específico como Jordi Alba o Koke. El caso de Ceballos y Oyarzabal son dos de los hombres de confianza del seleccionador de los que lo han acompañado siempre y en ellos se apoyó para cambiar el partido.
Se reclamaba en la época de Luis Enrique que la selección no tenía un plan B y que sin Morata no había un delantero que ocupara el área, en este sentido De la Fuente encontró al debutante Joselu para corregir ese problema pues aunque el jugador del Espanyol es un delantero diferente a Morata y si bien es cierto que tiene menos movilidad lo suple con más presencia en el área. Y lo demostró con sus dos goles de delantero centro de los de antes al necesitar tan solo dos toques para marcarlos. Cuatro minutos en el campo le bastaron para cambiar la sensación que hasta ese momento estaba ofreciendo la selección y solamente pasó un minuto entre el segundo y el tercero gol de los nuestros. Hasta ese momento la nueva España no se distinguía mucho de la antigua, pues si el gol era un problema cuando Luis Enrique se sentaba en el banquillo hasta la aparición de Joselu la victoria de España se apoyaba en un gol medio de rebote, que llegó en un disparo de Balde que Dani Olmo consiguió conducir hasta el gol. Nada hubiera sido lo mismo sin la efectividad de Joselu y eso que ha tenido que esperar casi hasta los 33 años para ponerse la camiseta de la Roja.
Los números de Luis de la Fuente están por escribirse, pero romper con el pasado es la seña de identidad común al puesto de entrenador que hoy ocupa. Confiemos a que la dinámica de juego que se vio en el último tramo del partido ante Noruega sea la tónica de esta nueva selección que necesita de esa chispa para volver a enganchar a los aficionados con nuestra selección.
