VÍDEO BLOG #Minuto92: Carta de un culé al Madrid campeón, por Víctor J. Hernández Bru.
No creo que ningún compañero culé se va a enfadar por estas líneas, pero si ocurre, ya sabéis, me recorrerá el cuerpo la misma sensación que suele invadirme cada vez que escribo algo y provoco reacciones: la indiferencia. No sé por qué soy del Barça, pero me da igual. Lo voy a seguir siendo. Y sí, hay muchas cosas del Real Madrid y del madridismo que me provocan un profundo rechazo. Quizás, la que más sea la prepotencia generalizada, obviamente con sus excepciones como en todo y seguramente motivada porque ellos están más acostumbrados a ganar que nadie; pero que en el caso de la merengada es capaz de convertir a tipos de una inteligencia y un saber estar supinos en auténticos hooligans de taberna inglesa de pueblo pequeño, tanto en la derrota, con búsqueda de las más peregrinas excusas, como en la victoria, en la que la humillación del derrotado es su forma más habitual de celebrar.
Y sí, estas cosas pasan también en otras aficiones y clubes, pero ni mucho menos, ni de lejos, en el grado que exhibe el madridismo, por ejemplo, capaz de exhibir como un trofeo a un futbolista que agrede en frío a un compañero de profesión a las puertas de un estadio o a un jugador de baloncesto que muestra sus dotes de judo durante un partido de baloncesto y posteriormente es públicamente ovacionado.
Sin embargo, hoy mi mensaje principal no es éste, mi mensaje principal de hoy es el de la felicitación y el de la envidia. Felicitación porque llevo practicando deporte desde hace 44 años, enseñándolo desde hace 38 y contándolo desde hace 25; y siempre me han dicho y he trasladado que en la derrota, el único comportamiento que cabe en el deporte es la felicitación al que ha sido mejor que tú.
Y envidia porque, como ya he admitido en varias ocasiones, a mí el Real Madrid me produce una tremenda envidia en cuanto a su capacidad de generar títulos y victorias, a su habilidad y potencia para ganar. Ganar en el deporte, al margen del concepto deportividad, es importante, es el objetivo numérico principal. Y en el mundo, en la historia del deporte, no ha habido y no creo que vaya a haber un club con la capacidad de generar victorias que lleva el Madrid demostrando desde hace un siglo.
No ha habido otro igual en ningún deporte ni lo va a haber. Otros han tenido y tienen trayectorias espectaculares, que por cierto, en cuanto despuntan un poco, son deslegitimadas con argumentos auténticamente estúpidos por el madridismo más rancio, véase el odio a gentes como Guardiola, como a Xavi Hernández, como a Cruyff.
El fenómeno del Madrid ante la victoria es algo digno de estudio, porque cuando ha disfrutado de grandes equipos, lo normal es vencer, aunque no siempre ocurre. De hecho, el Madrid ganó la última Champions siendo objetivamente peor equipo que varios a los que ganó. Pero el Madrid tiene otra cosa, que no sé muy bien qué es, que no creo que nadie pueda explicar objetiva y científicamente, pero que se traduce en victorias, algunas aplastantes, otras inexplicables, pero todas merecidas porque suponen haber superado numéricamente el rival.
El Madrid es el nuevo campeón de Copa. No es ninguna sorpresa. Desde que derrotó con toda legitimidad y de forma muy clara al Barça, era muy previsible. Y mi opinión es que completará el doblete, sumando otra Champions, porque aunque el City es mejor equipo, el Madrid es el Madrid y no hay más explicaciones. Si lo hace, no cabrá otra que felicitarlo también; bueno, en el mundo de los adultos, porque en el de los hoolingas y los párvulos, seguro que encontraremos todo tipo de discursos paralelos (paralelos, todo junto… o no).
