El Madrid dejó tras de sí una cercana, cariñosa y entrañable impresión entre los aficionados, huéspedes y profesionales con los que convivieron en el Hotel Cabo Gata Beach de El Toyo.
Firma de autógrafos privada, constantes fotos y firmas dentro del hotel, permanente cercanía y regalo sorpresa de entradas para el personal que les atendió, entre los detalles de la expedición blanca.
La historia del paso del Real Madrid por Almería ha dejado un gran sabor de boca para mucha gente… y no sólo para sus seguidores. Las conclusiones e impresiones de quienes han podido convivir con las estrellas blancas y con toda la expedición son den mucho cariño, respeto, cercanía y gestos que algunos no olvidarán.
De hecho, tras ser recibidos por muchos aficionados en el Aeropuerto de Almería, los expedicionarios merengues se dirigió directamente a El Toyo, en cuyo Hotel Cabo Gata Beach se hospedaron hasta el momento del partido y a cuya entrada les esperaban más de medio millar de seguidores. Allí ya se vivió una gran muestra de cercanía, puesto que aunque se había preparado una entrada privada para todos ellos, fue el propio Carlo Ancelotti el que decidió que pasaran por la puerta donde se encontraba la afición, para que los jugadores pudieran saludar a los allí presentes. De alguna manera, a los aficionados les trascendió que el técnico había sido el responsable de tal decisión, y correspondió al grito de “Carlo Carlo”.
Pero además, más de cien aficionados madridistas pudieron disfrutar, en el propio Hotel Cabo Gata Beach, de un momento inolvidable, puesto que el club organizó una sesión de firmas para ellos y, además, antes de la misma, un cóctel de bienvenida. Los protagonistas de tal firma se mostraron en todo momento tremendamente cercanos y cariñosos con sus seguidores.
Uno de los protagonistas que más cariño suscitó fue el mítico Roberto Carlos, que insistió en departir con aficionados en las zonas comunes del hotel, con todo tipo de gestos, desde conversaciones hasta abrazos, firmas y fotos, tanto con seguidores como con los propios empleados del establecimiento.
De hecho, sólo hubo un momento en el que el club insistió especialmente en la privacidad y fue en la charla técnica que se llevó a cabo en una de las salas del hotel, a la que quedó prohibida la entrada tanto de huéspedes como de empleados. Era el momento de la estrategia.
Y a partir de ahí, de nuevo la cercanía total, con saludos, firmas y otro detalle de grandeza: el autobús oficial, en lugar de quedar ubicado en la entrada del hotel, estacionó unos metros antes, a fin de que los aficionados pudieran ver la entrada en él de los protagonistas.
Pero el culmen de la humanidad y la cercanía llegó cuando el equipo ya se había marchado. En ese momento, cuando el personal del hotel entró en las habitaciones ocupadas por los jugadores, encontraron una serie de entradas que desde el club, posteriormente, se aclaró que era para el personal que había estado pendiente de la expedición.
Sin duda fue un cúmulo de entrañables detalles por parte de la expedición del Real Madrid, que quedó perfectamente complementada por la magnífica labor de la policía y de los servicios de seguridad y protocolo.
Por cierto que, a las puertas del Hotel Cabo Gata Beach, una vez que se marchó la expedición, muchos de los aficionados presentes aprovecharon para hacerse fotos con el Ferrari 488 GTO que este verano está ubicado justo a la entrada de dicho establecimiento, para disfrutar de experiencias Ferrari que muchos huéspedes están viviendo durante estos meses.
