VÍDEO BLOG #Minuto92: Incapacidad y apatía: el 1 de 12 es la consecuencia del ‘modus operandi’ del ‘Comando Fontaneiro’ (yo de mayor quiero ser fontaneiro), por Víctor J. Hernández Bru.
No me canso de repetir la frase que hace ya algunos años me enseñó, como otras muchas, mi querido amigo Miguel López: “si estás en una habitación y por el umbral de la puerta asoma la cabeza de un burro, no te engañes: lo que viene detrás es el burro”.
No hay casualidades, las sorpresas sólo se las lleva el que quiere y de los desengaños tiene siempre buena parte de culpa quien ha puesto las expectativas inadecuadas en las personas equivocadas.
La jornada del viernes, en la que aquí, en RADIO MARCA ALMERÍA, nos dimos un tute de trabajo bastante importante, sumando a nuestras cuatro horas y media de emisión local otras cuatro de #MarcadorAlmería, concluyó como era previsible, como esperábamos los que tratamos de ver la realidad con los ojos de la lógica y no con los del corazón: nueva derrota y ya estamos con un punto de doce posibles; y un cierre de mercado entre lo decepcionante y lo esperpéntico, con sólo una incorporación, que llegaba a 30 minutos del cierre del plazo y pagando nada menos que catorce millones de euros por un central que, siendo un buen futbolista, acaba de bajar a Segunda con su equipo. Y ojo que fueron catorce porque quiso el Español, porque a esas horas, el ‘Comando Fontaneiro’ habría pagado la lisboeta Torre de Belem y las pirámides de Egipto con tal de traer algo, lo que fuera que nos librase de tener que tirar hasta diciembre con Kaiky, Chumi y Édgar como únicos centrales.
El mercado ha vuelto a ser un disparate, pero es que no se puede esperar otra cosa; no se puede esperar más de un dúo de presuntos gestores que viven más pendientes de otras cosas que de la complejísima labor de dirigir un club, de quien teniendo que dar el visto bueno a cualquier operación, se va de vacaciones nada menos que durante todo el mes de junio; de quienes sólo logran incorporar a un futbolista durante todo el mes de julio (es decir, un fichaje en 61 días de mercado), que luego incorporan a seis, de los cuales sólo dos con experiencia en Primera y ninguno con continuidad en dicha categoría el pasado año) y luego dejan pasar tres semanas, hasta el último día, sin realizar ninguna otra operación.
Pero insisto, ¿quién puede asombrarse? Estos dos señores son los mismos que, el pasado año, emplearon 20 millones de euros y dos meses en traer a ocho futbolistas de los cuales ninguno se ha consolidado en el equipo, la mayoría de ellos obvia y aplastantemente lejísimos del nivel de Primera División; y que luego lo tuvieron que medio arreglar deprisa y corriendo con la llegada, ya con la liga empezada, de Melero, Baptistao y Embarba.
Son el ‘Comando Fontaneiro’, muy preocupados de los carteles en la entrada del Estadio, de los vetos a este periodista, de contratar empresas de redes sociales con aviesas intenciones, de descalificar al que informa en entrevistas a otros medios y, por supuesto, del maravilloso mundo de la ‘hostelería’ y de todo lo que conlleva, que algún día hablaremos de eso, pero muy poco de hacer que el club funcione.
Un punto de doce y una plantilla con cuatro centrales del nivel que estamos viendo, celebrando que se han ido Babic y Ely totalizando cuatro millones de ingresos; filtrando la celebración y la alegría por la llegada de futbolistas que el pasado año estaban en Segunda, en Segunda B o en la mitad de la tabla en la poderosísima liga francesa; y sin que nadie nos explique todavía cuál es la ubicación real, administrativa, laboral de los integrantes del ‘Comando Fontaneiro’ ni responda si su empresa cobra o no comisiones por la llegada de fichajes como Koné, Mendes, Guedes, Milovanovic, Lopy, Svidersky, Appiah, Nelson Monte (que por cierto, va a jugar en el Málaga), Ivanildo, Pedro Mendes y así podría seguir un buen rato.
En fin, un punto de doce y con esto hasta diciembre. Enhorabuena a los que les ríen las gracias; enhorabuena a los que auguraban, como leí textualmente, “un equipazo”. Yo de mayor quiero ser ‘fontaneiro’.
