Era evidente la situación de Vicente Moreno en el Almería, después del empate el sábado ante el Valencia tenía muy difícil continuar con solo dos puntos en seis jornadas y la visita a la casa del Sevilla tampoco hacía augurar buenos términos. Los entrenadores están expuestos a esto y ellos lo saben, cortar el hilo por el mismo sitio casi todos los clubes lo hacen y parece la situación más viable, pero echo en falta la autocrítica.
La autocrítica es una habilidad, una herramienta que puede servir para mejorar, siempre tenemos cosas que mejorar, siempre hay cosas que se pueden hacer mejor y me da que esta directiva de la Unión Deportiva Almería esa capacidad no la trabaja. Ya lo veíamos venir, sabíamos que si las cosas iban mal el entrenador iba a caer, pero qué culpa tiene el entrenador de no haber podido entrenar durante todo el verano con el equipo que ponía en el terreno de juego porque los jugadores han llegado tarde. Qué culpa tiene el entrenador de que Houbulang Mendes siga siendo parte de la plantilla. Qué culpa tiene el entrenador de que el revulsivo en las segundas partes sea Arnau Puigmal.
Un poquito de autocrítica a los que toman las decisiones no vendría mal, porque a partir de la autocrítica podremos aprender y mejorar de situaciones pasadas y así poder avanzar. Solo queda encomendarse a otro entrenador y que los resultados sean mejores, pero la autocrítica debe ser fundamental.
