VÍDEO BLOG #Minuto92: Unos se caen del caballo, pero otros siguen dando vueltas para no reconocer a los culpables… y ni una palabra de autocrítica del CEO, por Víctor J. Hernández Bru.
Una semana más, jugamos como nunca y, como siempre, no fuimos capaces de sumar tres puntos. El Almería sigue colista y no tiene pinta de salir de ahí. Con las visitas a San Mamés y Gerona como próximas postas en el camino, el equipo rojiblanco que ya no es de Vicente Moreno, aunque ahora no se sabe de quién es, suma tres puntos de 24 posibles, con la seria amenaza, salvo campanada en alguno de esos complejísimos escenarios, de plantarse en las diez primeras jornadas con tres puntos de treinta posibles.
Y una semana más, yo tengo que decir que no me equivocaba. No me equivocaba en junio cuando empecé a escandalizarme porque el CEO estaba de vacaciones y el mes se cerraba sin fichajes; que no erraba en julio cuando puse el grito en el cielo por la pírrica cifra de una incorporación en 60 días; y que no metía la pata cuando, en agosto, afirmé que, un año más, la planificación del ‘Comando Fontaneiro’ había vuelto a ser un desastre.
Y también como cada año, algunos, acaso muchos, me tacharon de loco, de antialmeriense, de resentido contra El Assy por sus ataques contra la libertad de expresión, de deseoso de que al equipo de mi ciudad le vayan mal las cosas. También algunos me dieron la razón; creo que menos, sinceramente.
Y desde entonces, lamentablemente la realidad no ha hecho otra cosa, a mí y a quienes pensaban igual que yo, que darnos la razón. Pero, además, dárnosla en grado sumo. Ha transcurrido más de mes y medio de competición y no es descabellado pensar que el equipo está ya virtualmente en Segunda División, aunque el otro día, la pasada semana, todavía uno se permitía el lujo de llamarme a mí pesimista. ¡Pesimista con dos puntos de 21! En fin, tampoco merece mucho más comentario. Simplemente que la Providencia le conserve la vista… porque la intuición ya la ha perdido para siempre.
Y semana a semana, son más los que descienden bruscamente del caballo, los que dejan caer la venda de sus ojos, los que tiran la toalla y se dejan convencer por la realidad: el malo no era Vicente Moreno, como en los dos años anteriores no lo era Rubi, ni antes Pedro Emanuel o José Gomes. Los responsables de este desastre son los que no ficharon en junio, los que no prepararon el terreno entre enero y mayo, los que sólo incorporaron a un jugador en julio, el que se fue de vacaciones un mes nada más terminar la Liga y los que siguen manteniendo un modus operandi más centrado en el movimiento económico, con lo que sea aquello que esto suponga para ellos, que en la planificación deportiva.
Y sí, todavía no estamos todos. Todavía hay muchos que siguen dándole vueltas para no dar su brazo a torcer y siguen buscando culpables lejos de la diana: que si los jugadores no se esfuerzan o no son profesionales, que si Lasarte el pobre no está preparado para este toro, que si Maximiano no para… incluso he llegado a escuchar que la culpa es del preparador físico que trajo Moreno.
En fin… que aquí seguimos, con la realidad convertida en esa obstinada maza que derrumba el muro con el que algunos se siguen escondiendo de ella. Y eso sí, con tres de 24 y sin una puñetera palabra de autocrítica del director general del club, que sigue a lo suyo.
