VÍDEO BLOG #Minuto92: Apaga la tele, enciende tu clítoris y extermina a Alfonso Pérez: más feminazismo en Getafe, por Víctor J. Hernández Bru.
Se llama Sara Hernández y no la vais a conocer por nada relacionado con su gestión, salvo que viváis en Getafe, que entonces probablemente la hayáis sufrido. Sara, que es alcaldesa de dicho municipio madrileño, se hizo famosa hace tiempo por la campaña ‘Apaga la tele, enciende tu clítoris’, una iniciativa muy fina, como ella, graciosa e innovadora, basada en la idea de que las mujeres de su ciudad son todas medio lilas y no sabían ni lo que es ni para lo que sirve el apéndice ése que les sobresale junto al aparato del pis.
Sarita es una feminazi de gran calibre, de ésas que odian al hombre y que entienden que hacen falta tipejas como ella para salvar a las mujeres de las garras de los malvados agresores, violadores y retrógrados que somos todos los machirulos del mundo mundial.
Ahora, a Sarita no se le ha ocurrido otra idea que cambiar el nombre del estadio de fútbol de su pueblo, el Coliseum Alfonso Pérez, dejándolo solo en Coliseum. El motivo no es economizar, que eso de economizar a los socialistas y a la izquierda en general no les va mucho, especialmente cuando se trata de visitar garitos como el Sombras, el Ramsés o cualquier marisquería en general.
Pero volvamos a Sarita, que me voy de hilo: la chica; sí, sí, he dicho “la chica”, no ha podido resistir que Alfonso Pérez le diga en su geta el más estricto y riguroso Evangelio del deporte, que las mujeres futbolistas no pueden cobrar hoy por hoy lo mismo que los hombres, por la sencilla razón de que no generan lo mismo; y porque no hay motivo para estar subvencionando, entre todos, una actividad que no genera ingresos, por el mero hecho de que está de moda el feminazismo.
Las mujeres modelo cobran muchísimo más que los hombres de esa misma profesión, por la sencilla razón de que generan más. Es la misma razón que hace que la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres futbolistas ha de ser absolutamente abismal, ya que el fútbol femenino, hoy por hoy, genera infinitamente menos que el masculino. Y eso, que no deja de ser un negocio, ha de regirse por las cuentas de resultados.
Porque, como ya decía yo la pasada semana, la igualdad es el concepto más injusto si no va acompañado por la coletilla ‘de oportunidades’; y hacer iguales a los diferentes es la más cruel manera de ser injustos con los que trabajan más, estudian más, investigan más producen más o, simplemente, generan más.
Pero claro, esto para una mente retorcida al extremo por el feminazismo como es la de Sarita, es absolutamente imposible de comprender. Y por eso ha tenido que hacer lo que suele hacer siempre el socialismo con los bienes y recursos públicos, es decir, de todos: tratarlos como si fueran su cortijo y, en este caso, cambiarle el nombre a su antojo. Eso sí, para mí, ahora y más que nunca, ése será el Coliseum Alfonso Pérez.
