VÍDEO BLOG #Minuto92: ¡Reaccione ya, señor Turky!, por Víctor J. Hernández Bru.
Ya casi no queda nadie al que no le dé vergüenza esta UD Almería. Algunos se muestran muy sorprendidos o decepcionados por esta UDA de 3 puntos de 27 posibles, que en una semana puede ser de 3 de 30. No es mi caso, ya sabéis. Todavía un cipote del carajo de la vela me decía que estoy obsesionado con El Assy porque no me deja pasar al estadio, prueba evidente que, aunque no queda casi nadie, todavía hay algún cerebro rapado con la vista tapada por la bufanda al vacío.
Pero por fortuna la generalidad ya no se viste con esos ropajes, la gran mayoría ha caído por fin en la cuenta de que el club de nuestra tierra, de nuestros amores, de nuestras inquietudes, está dirigido por dos sujetos que están a otra cosa, para los cuales la prioridad no es consolidar un buen proyecto colectivo, sino consolidar su proyecto individual.
A estas alturas, la mayoría de la afición está al fin convencida de que esto no es un problema ni de entrenador ni de jugadores, sino de proyecto, como lo fue en los dos años en los que no se ascendió pese a tener presupuesto para ello, como lo fue el año del ascenso con el mejor presupuesto pero con un gol de un tercero, Giovani Zarfino, a última hora; como lo fue también el pasado año en la permanencia en el minuto 84 del último partido gracias a un bisoño penalti de un bisoño canterano del Español.
Y en esas circunstancias, la gran incógnita es cómo es posible que casi todos nos hayamos dado cuenta de esto y que uno de los poquísimos que no haya caído en la cuenta sea el propietario del club, todo un ministro de Arabia Saudí, uno de los personajes más influyentes del mundo en lengua árabe, uno de los más prestigiosos poetas en ese idioma, un potentado que dirige cientos de empresas con miles de millones bajo su mando.
No es posible que alguien tan inteligente, tan experto, con tanta capacidad de gestión, con tanta información de todo tipo y, sobre todo, tan apasionado de este proyecto como ha demostrado hasta ahora, no haya caído aún en la cuenta de que tiene su dinero, su exagerada cantidad de dinero, en manos de dos personas que no sólo no tienen apenas experiencia en este tipo de proyectos, sino que además están demostrando que ni saben ni quieren aprender.
¿Qué está pasando, señor Turky? ¿Ha dejado usted de ser una persona ambiciosa? ¿Ha pasado a darle igual el proyecto del Almería y la tierra almeriense, a cuyos ciudadanos nos regaló graciosa y generosamente un millón de euros durante la pandemia?
Señor Turky, respetando al máximo su intimidad y por supuesto su estado de salud, que desconozco al cien por cien, le pido en nombre de muchos almerienses que tome el mando de las operaciones, que imponga algún sistema que le reporte información de verdad de lo que los señores El Assy, Mustafá y Gonçalves están haciendo con su dinero y con su proyecto; que se acerque un poco más o implante algún sistema de control.
Si lo hace, se va a llevar usted muy desagradables sorpresas y, con total seguridad, empezará usted a tomar medidas drásticas. No nos conocemos, señor Turky, pero precisamente por eso no eche en saco roto estas líneas: le aseguro que, si les presta un poco de atención, algún día me lo agradecerá.
