Ambos se impusieron en su respectiva disciplina en la quinta edición de una prueba en la que años anteriores lograron el segundo puesto.
Cerca de 20.000 personas, llegadas desde diferentes puntos de la geografía española, disfrutaron y sufrieron las bondades y adversidades de la provincia de Almería en el marco de La Desértica. La prueba de ultrafondo organizada por la Legión cumplió cinco ediciones reivindicando su crecimiento y consolidación. El aumento del interés en la que probablemente fuera la prueba más dura del calendario deportivo nacional se vio fielmente reflejado en la capital almeriense, que se llenó de vida y prolongó una convivencia, que empezó siendo de un único día, a todo un fin de semana.
El ascenso del interés en la cita popular y las nuevas corrientes deportivas empujaron a la organización a realizar una renovada y más atractiva oferta. Pues la gran novedad de este año fue la incorporación de una disciplina en auge. Lo que nació como una prueba de ultrafondo en la que se disputaban dos recorridos, uno para ciclistas, de 110 kilómetros, y otro para marchadores, de 70, ayer dio la bienvenida a la bicicleta eléctrica, con 120, para cicloturistas y sin competición. Desde la organización se guisó un caldo de cultivo ideal para que competidores, familiares y almerienses gozasen de unos días especiales con el deporte como principal argumento.
El arduo trabajo llevado a cabo desde las instituciones para mejorar la prueba del Tercio Don Juan de Austria III de la Legión recogió el sábado su medalla. Tal y como se esperaba, el colorido y la viveza dibujaron un trayecto repleto de complicaciones, en el que reinó la cordialidad entre una multitud de corredores nunca antes vista. Hasta 500 nuevos participantes se atrevieron a inscribirse a una carrera de ultrafondo, que también vio aumentada la distancia de cada uno de los recorridos. En cifras totales, 6.750 valientes, 3.250 en cada modalidad, pusieron su granito de arena para que La Desértica alcanzara su récord de participación.
En lo que al trayecto respecta, la prueba también tocó sus cotas más altas. Por primera vez en sus cinco ediciones, dejó huella en 15 municipios diferentes. Partiendo desde el Parque de las Almadrabillas de la capital almeriense, ciclistas y marchadores disfrutaron de las bonanzas de Huércal de Almería, Viator, Pechina, Benahadux, Gádor, Santa Fe de Mondújar, Alhama de Almería, Terque, Alicún, Huécija, Enix, Félix, Vícar y, como punto final, Roquetas de Mar. Todos y cada uno de los participantes se enamoraron así de una provincia de contrastes, en la que la montaña, el desierto y la playa se unen para crear un escenario ideal para la realización de cualquier prueba deportiva.
Apenas pasaba el medio día en Roquetas de Mar cuando el cronómetro se paró por primera vez en todo el día. Manuel Beltrán se convirtió en el rey de las dos ruedas y cruzó la línea de meta con un espectacular tiempo de 4:19:10. El ciclista de Etipon Bike redondeó un genial historial en La Desértica, ya que después de acariciar la gloria en dos ocasiones en las que logró la plata, a la tercera fue la vencida. «Es algo muy grande, todavía no soy consciente. Nadie se imagina lo difícil que es ganar aquí», declaró visiblemente emocionado.
Y es que con el oro entre ceja y ceja, el almeriense se mantuvo durante toda la carrera en cabeza de carrera y marcando el ritmo. El devenir de la etapa se convirtió en una competición de supervivencia. Tras un inicio muy rodador y pistero en el que los competidores volaban sobre la tierra y el asfalto, el tramo de subidas segmentó al pelotón más avanzado, conformado por cerca de 40 ciclistas.
En las primeras escaladas, Nico Mercader y el propio Manuel Beltrán encabezaron diferentes ataques y encarecieron el precio de pedalear en cabeza de carrera. El momento crucial se gestó en la subida del Moralillo, en Alhama de Almería, en la que un ataque del que terminara siendo campeón, redujo a cuatro la pelea por las medallas. Con el desgaste como protagonista, el grupo se volvió a dividir en el siguiente tramo de ascenso y fue en su consiguiente bajada, cuando el de Vícar dejó atrás a Nico y se quedó en solitario hasta la meta.
Finalmente, el pódium lo completó Roberto Carlos Fernández, que también celebró en solitario su tercer puesto y entre los mejores clasificados se halló la inestimable presencia de un clásico del ciclismo nacional, que repitió en La Desértica, José Manuel Beltrán. ‘El Triki’ regresó a la provincia «enamorado de sus paisajes y su climatología» y disfrutó de una prueba que se caracteriza «por su autenticidad y los valores de La Legión».
Tres horas más tarde, llegaron a la ciudad roquetera los primeros marchadores y lo hicieron con un nombre por encima del resto, el de Ismael Bacas López. La holgada diferencia respecto a sus competidores le permitió incluso frenarse a celebrar con todos los visitantes un meritorio triunfo. No obstante, el motrileño se quedó lejos de su objetivo. Reputado en carreras de larga duración, esperaba cruzar la línea de meta por debajo de las cinco horas y media, aunque finalmente terminó en 5:52:57. De hecho, su intención inicial no era otra que romper el récord de las cinco ediciones en la modalidad, una misión que todavía no ha terminado y que promete cumplir en un futuro cercano.
Lo cierto es que desde la salida el dominio del corredor granadino acaparó todos los focos. Con una salida en modo americano, «que es salir rápido como si no hubiera un mañana», nadie pudo seguir su estela y darle pelea en una carrera claramente decantada. Sin embargo, Ismael Bacas afrontó un momento crítico en el tramo más complicado del trayecto. Entre el kilómetro 22 y el 44, todos y cada uno de los participantes hicieron frentes a una subida interminable y desmoralizadora, que por momentos hizo que el campeón pensara en retirarse.
Pese a las dificultades, hizo de tripas corazón y se mantuvo en cabeza. Ya lejos de sus expectativas y con 12 minutos de ventaja respecto al segundo, se dejó llevar en la última bajada y concluyó a cinco minutos de Javier Jiménez y Gerardo José Aguilera. Ambos arribaron de forma casi consecutiva y se derrumbaron en la línea de meta fruto del cansancio y de la dificultad.
En lo que a la modalidad de E-Bike se refiere, tampoco hubo color. Camuflado entre el pelotón de los ciclistas tradicionales, Miguel Ángel Torreglosa se aseguró subirse al escalón más alto del pódium, superando en casi media hora a su perseguidor más cercano, José Luis Rufino. En tercera posición y cerrando los puestos de privilegio terminó Francisco Javier Olivera.
La provincia de Almería cierra hoy un carrusel de tres días perfecto. La Desértica se consagró el sábado como una referencia en el calendario nacional de citas deportivas de ultrafondo. El éxito de un evento deportivo de tal magnitud también salpicó a todos los almerienses, que vieron como establecimientos hosteleros, hoteleros y comerciales se llenaron de visitantes. La Diputación estima que cerca de 20.000 personas colaboraron en revitalizar el negocio local de los diferentes puntos de la provincia en los que se hospedaron los corredores, con especial protagonismo para la capital y Roquetas de Mar, que vio como tres de sus grandes hoteles reabrieron las puertas.
Además, todo el impacto económico también gozó de una cara más social y solidaria. La Legión destinará lo recaudado en las dos jornadas de competición a ayudar a organizaciones sin ánimo de lucro.
