VÍDEO BLOG #Minuto92: Hace mal Garitano si impregna su discurso de miedo por la falta de puntos, por Víctor J. Hernández Bru.
Cuatro partidos y cuatro derrotas. La situación, desde luego, no es agradable para nadie. Y es lógico que Garitano esté preocupado. Pero es demasiado pronto para que el técnico vasco deje que su discurso empiece a quedar tan impregnado del miedo a la destitución por la acumulación de malos resultados como se le vio el sábado.
El Almería del choque ante la Real Sociedad no mejoró a los anteriores, por mucho que haya quien se empeñe en ello. Caer en casa encajando tres goles, por mucho que el rival fuera la Real de Champions, por mucho que dos de los goles llegaran en el descuento y uno de ellos de penalti, no sólo no es un buen resultado, sino que es muy muy mal resultado.
Y si seguimos pensando que la UDA compite por el mero hecho de que no pierde por cinco todos los partidos estamos cerrando los ojos durante los mismos. El Almería es un equipo que está a años luz en competitividad y nivel al resto de los equipos de categoría. Lo que ocurre es que en Primera División prácticamente no se golea en ningún partido, por más que haya esa diferencia de potencial.
La Real, como otros días otros equipos, ahorró esfuerzos en cuanto se adelantó en el marcador. Diría más: los ahorró antes de ponerse por delante, porque en la primera parte pudo marcar varios tantos y no lo hizo porque no le puso la intensidad necesaria y porque quien dispuso de las mejores ocasiones fue un futbolista capaz de lo mejor y lo peor como Sadiq, a quien, por cierto, Alguacil puso de titular a pesar de que le ha dado muy poca bola en la temporada. La decisión atufaba a darle minutos al nigeriano aprovechando que se visitaba al colista, a un rival que nunca está cerca de ganar un partido.
Pero el Almería del sábado fue muy inferior a su rival, no estuvo para nada cerca de la victoria y el exceso de confianza de la Real sí que lo colocó con opciones de haberse llevado el empate al final de los 90 reglamentarios, aunque al final de los 100 que se jugaron, quedó a años luz de esa opción.
Una UDA que sigue teniendo una defensa de broma, a la que en cuanto le aprietan le saltan las costuras en mil pedazos. Con esa defensa, con ese nivel defensivo, es imposible ganar partidos. Es más, a pesar de que Garitano dijo en sala de prensa que en jugadas que no fueran a balón parado el equipo defendió bien, él sabe que no es verdad, que en la primera parte Barrenechea estuvo a punto de hacerles un descosido por la banda izquierda, pésimamente defendida por Mendes y los centrales.
Esta película la hemos vivido ya mil veces: entrenadores que, en cuanto se ven cerca del peligro de la destitución, cambian el discurso, eliminan la autocrítica y se centran en intentar extraer conclusiones positivas para que quien tenga que tomar la decisión al menos tenga en cuenta que no todo está mal. Siento tener que decir que ése es un camino de no retorno y que, quienes lo emprenden, suelen terminar muy mal. Aunque claro, en el caso de la UDA de este año, seguramente todos los caminos lleven al mismo sitio.
