VÍDEO BLOG #Minuto92: Un día horrible para quienes creemos en la rectitud de los árbitros: el doble robo a almerienses, a la UDA y a Murgi este domingo, por Víctor J. Hernández Bru.
Quien me conoce sabe que me gusta poco hablar de los árbitros. No creo en conspiraciones ni en competiciones amañadas. No creo que el Madrid ganara sus ligas por decreto en la época franquista ni que el Barça haya sumado ni un solo título por el caso Negreira. Y me cuesta mucho, muchísimo trabajo pensar que hay árbitros que inclinan partidos hacia uno u otro equipo bajo criterios injustos, torciendo la justicia de lo que pasa sobre la cancha.
Sin embargo, ayer fui testigo directo de dos encuentros de deporte profesional en los que resulta absolutamente imposible pensar que los colegiados tuvieran la más mínima vocación de ser justos. Me duele tener que decirlo, porque esto supone lo contrario de lo que pienso y predico en términos generales, pero la desvergüenza de arbitrajes que ayer sufrieron dos equipos almerienses es imposible de justificar en función de errores humanos.
Uno de ellos, el del Almería en el Bernabeu, ha dado ya la vuelta al mundo: un robo a mano armada y además absolutamente absurdo, puesto que creo que el Almería habría tenido oportunidad de remontar, por otro lado como hace siempre o casi siempre, sin necesidad de ayudas tan descaradas, tan vergonzosas.
Y lo más indignante es que todas ayudas de Hernández Maeso se producen sobre la pantalla, con todas las repeticiones que pudo necesitar, a pesar de lo cual pervierte el sentido del juego y el reglamento para ayudar al Real Madrid, especialmente en la jugada del penalti de Kaiky, indiscutiblemente precedido de dos faltas incuestionables, la de Rudiger y la del propio Joselu.
Pero si son pocos los que dudan del fenomenal y vergonzoso atraco del Bernabeu, mucho menos popular era, por la mañana, el sufrido por Baloncesto Murgi, pero perpetrado exactamente con las mismas trazas: un equipo de la zona baja como el ejidense, un rival que ganando se colocaba líder como La Zubia y dos árbitros que fueron mermando a los locales de principio a fin con sus caprichosas e injustas decisiones.
La estadística final del encuentro, maquillada en los minutos finales, arroja cifras como tres eliminados en Murgi por ninguno en el rival, cuatro técnicas a los locales por ninguna al rival, 34 falta para los ejidenses y 18 para los granadinos, aunque en este caso en algún momento del partido la diferencia llegó a ser del triple, y 18 tiros libres lanzados por Murgi por 44 ensayados por La Zubia; amén de otros elementos del juego que no se reflejan en la estadística, como agresiones no castigadas en el equipo visitante y constante intimidación a los jugadores locales con amenaza de técnica, comportamiento no homologable en los visitantes.
Ha sido un mal domingo para quienes confiamos en la rectitud de los árbitros, sea cual sea el deporte. Ha sido un domingo de tratar de encontrar respuestas a tan absurdos, descarados e indignantes comportamientos, pero no me voy a rendir a la primera, sigo confiando en la rectitud de la generalidad de los colegiados, a pesar de que de vez en cuando me encuentro con actitudes como las de ayer por parte de Hernández Maeso y Hernández Hernández en el Bernabeu y de Antonio Castillo y Teresa Alemán en el Municipal de El Ejido. Habrá que seguir creyendo en la justicia; habrá que seguir creyendo en el deporte.
