VÍDEO BLOG #Minuto92: De Luis García a Garitano: milongas de entrenador, por Víctor J. Hernández Bru.
Hace ya algún tiempo que, verdaderamente, no termino de entender por qué los entrenadores acuden a las salas de prensa profundamente persuadidos de que quienes escuchan, ya sea presencialmente o como audiencia de los medios allí presentes, nos hemos caído recientemente de algún guindo.
En este sentido, la rueda de prensa tras el partido entre UD Almería y Alavés el pasado viernes fue un ejemplo realmente flagrante, dividido en dos actos. En el primero, el protagonista fue el técnico visitante, Luis García Plaza, que amén de reconocer que el partido no había sido como para un 0-3, lo cual es francamente opinable, terminó afirmando, para realzar el valor de su triunfo, que la UDA tiene un magnífico equipo, que se ha gastado más de 50 millones de euros y que Leo Baptistao es un gran goleador.
Supongo que entenderá el amigo Luis que los que hemos podido acceder a esas manifestaciones, repito, directa o indirectamente, no pasamos del nivel imbécil y del conocimiento párvulo del fútbol, porque como bien sabe el señor García, el gastarse mucho dinero no es sinónimo de hacer un buen equipo, como demuestra precisamente el caso de la UDA. Es más, lo que sí demuestra que el equipo está a años luz del nivel de Primera División es que es el colista, el peor equipo de la Europa profesional y que lleva 6 puntos de 66 posibles.
Eso por no hablar de lo de Baptistao, que no sólo ha sido un magnifico jugador sino que además es un sensacional profesional, pero lo que no ha sido nunca es un gran goleador y, obviamente, ahora menos que nunca, transcurrida ya la parte más rutilante de su carrera.
Sin embargo, he de decir que la llegada de Garitano a la misma sala de prensa tampoco sirvió para mejorar las cosas. El técnico de la UDA Almería sigue anclado en su discurso absolutamente infumable de que el equipo compite, a pesar de los guarismos que acabo de reflejar.
Garitano quiere convencernos de que crear ocasiones de gol es sinónimo de competir, a pesar de que estamos ante un equipo que, cuantas más ocasiones crea, más evidencia que no tiene la calidad mínima exigible ni para marcarle goles a sus rivales ni para evitar que éstos se los hagan con grandísima facilidad.
Es una especie de condena a la que estamos sometidos quienes, por obligación o por devoción, consumimos este tipo de comparecencias de prensa: la de que quien habla lo hace pensando que todo vale y que habla auténticamente para tontos de baba. Eso sí, el consuelo es que este tipo de comportamientos es aún más habitual en aquellos a los que los resultados les sonríen poco y, en su caso, la ventaja es que nosotros nos quedaremos donde estamos, mientras a ellos les quedan cada día menos milongas que contarnos.
