VÍDEO BLOG #Minuto92: Fichaje Viera y alabanzas vacías: “Toc, toc, toc: ¿hola, hay alguien ahí?”, por Víctor J. Hernández Bru.
Una vez más, leo y escucho estupefacto, un montón de comentarios sobre la operación de Jonathan Viera que, si no supiera que van en serio, pensaría que salen de un programa de ésos casposos y antediluvianos de cámara oculta. El fútbol es una pasión, eso lo sabemos todos; y ello le resta mucho componente de rigor y lo convierte en una verdadera cantera de disparates, que es lo que aflora cuando la razón es sustituida por los colores.
Leo que hay que darle las gracias a Turki por haber firmado a Viera hasta 2025, porque eso permitirá hacer caja con él este verano cuando se marche a Arabia. ¿Hola? ¿He dicho Arabia? Es decir, que Turki contrata a Viera por un año más de lo que va a jugar en realidad aquí, para vendérselo luego a sí mismo para que termine jugando en el fútbol árabe.
¿Alguien me puede decir qué beneficio saca el Almería de que Turki se venda un jugador a sí mismo? ¿Es que no nos hemos enterado todavía, a estas alturas, de que aquí lo importante no es el Almería sino Arabia?
En fin, en lo deportivo, leo comentarios como si acabáramos de firmar a un futbolista de primer nivel mundial. Jugador ‘top’ he llegado a leer, sumido en un estado de ‘flipe en colores’ del que sólo consigo escapar cuando dejo de prestar atención a las bufandas con patas. ¿En serio después del plantel que se hizo este verano, condenado sin remisión al descenso, y de los refuerzos que han llegado en enero, ahora nos vamos a emocionar con un jugador de 34 años, que ha pasado ya por la Liga China y que viene de no jugar en la primera mitad de la temporada?
Que Viera tiene calidad es algo que nadie puede discutir. Y que la va a seguir teniendo mientras juegue tampoco, puesto que la calidad no es un bien con fecha de caducidad. Pero la calidad por sí sola está huérfana en el fútbol y en el deporte profesional. Como dije en su día con Arribas, aunque por diferentes circunstancias, la llegada de Viera supone la incorporación de un buen futbolista, pero hay que estar absolutamente desconectado de la realidad para pensar que se trata de una estrella, algo que no ha sido nunca, y ni siquiera tampoco de un jugador que, hoy por hoy, pueda ser desequilibrante.
Ahora hay que ver en qué condición llega, aunque lo que es innegable es que aterrizará falto de minutos y de partidos. Jonathan tendrá quince jornadas para ponerse a tono y eso, quien está mínimamente informado sobre este negocio, es muy poco tiempo justo en el momento de la temporada en la que los que hicieron pretemporada y han competido en la primera vuelta están en modo avión supersónico.
En fin, que mi conclusión es la de la desolación por continuar viendo lo fácil que es engañar a algunos, porque no quisiera ni pensar que esto, más que un engaño, sea una compra de voluntades en toda regla, como la que hemos podido ver en otras ocasiones desde que aterrizó en Almería Mohamed El Assy.
