VÍDEO BLOG #Minuto92: La historia humana de Marcos Peña, por Víctor J. Hernández Bru.
Me emociona la historia de Marcos Peña. Escuchar al chico me reconcilia con la raza humana y con el deporte profesional, en el que este caso demuestra que aún hay casos, quiero pensar que muchos, de chavales sanos, con los pies en el suelo, que no olvidan los sacrificios de sus padres y que hablan con una madurez y una sensatez casi diría que impropia de su edad.
A principios de semana hablábamos con Sergio, el padre de Marcos. Y me pareció, muy rápidamente, un tipo tremendamente sensato. No conozco a Sergio ni sé en qué trabaja. En realidad, tampoco viene a cuento. Lo que sí sé es que escuché a un padre emocionado, pero no tanto como para perder en absoluto la cabeza; entregado a su hijo y a lo que está viviendo, pero no lo suficiente como para no recordar que esto sólo acaba de empezar y puede ser muy temporal; orgulloso de su vástago, pero no hasta el punto de abandonar su papel de padre, que le lleva a contener las emociones de su pequeño; sí, de su pequeño, porque ellos, para nosotros sus padres, siempre serán nuestros pequeños.
Mis sensaciones se confirmaron del todo punto este jueves, escuchando al propio Marcos en rueda de prensa. Marcos quiere ser futbolista. En realidad, ya lo es. Se va a quedar hasta final de temporada con el primer equipo y seguramente no le habrá hecho falta que nadie, con más experiencia que él, le diga que lo que tiene que decir y además con sinceridad es que él volverá a jugar con el filial cuando haga falta. Y además encantado de hacerlo, tal y como afirmó.
Sólo con eso ya me gano el chicó. Al lado de otros jugadores de la LFP que van por el mundo perdonando la vida de los pobres mortales a pesar de que ellos no han hecho más que meter unos cuantos goles en la portería rival, Marcos es el triunfo de la educación, de la sensatez, de la humildad y de esos valores que sólo se aprenden en casa.
Estará muy contento Sergio porque su hijo ha llegado a debutar en Primera División y tiene pinta de que puede tener cierta continuidad, pero de lo que de verdad tiene que estar muy muy orgulloso es de haber criado a un hombre con los valores que, así en este primer contacto, parece tener Marcos Peña.
El fútbol se acaba, para unos más pronto y para otros más tarde, pero las semillas humanas que Sergio y su familia han sembrado en Marcos tienen pinta de ser para toda la vida. Mi enhorabuena al chaval, pero sobre todo, permítemelo, a su familia. Habéis hecho un buen trabajo.
