VÍDEO BLOG #Minuto92: La culpa es de Vicente Moreno, de Garitano… ¡y de Franco!, por Víctor J. Hernández Bru.
No hacía ni media hora desde el pitido final del nefasto González Fuertes cuando comparecía, por vez primera como local tras un partido en la sala de prensa del Estadio de los Juegos Mediterráneos, Pepe Mel. Apuesto a que, tras el encuentro, se metió en su vestuario, no habló con los jugadores y se puso a pensar en cómo enfocar la cita con los periodistas.
Mel es de ese tipo de entrenadores, no sé si muy común, que sabe muy bien que los partidos se ganan en el campo, pero a veces las renovaciones y los contratos, como el apoyo de una afición, se ganan también en parte en las salas de prensa. Un técnico no tiene mucho tiempo para pensar qué decir ante los medios tras un partido, pero Mel es de los que se para a pensar cómo enfocar el trance.
Y no seré yo quien diga que, tras la debacle del UDA-Osasuna, Mel se equivocó en el enfoque ante la prensa, porque quizás su argumentario, su estrategia fuera la más correcta: la del técnico autocrítico, que pone el foco en sí mismo y en lo que él considera públicamente que son sus errores.
Pero siendo posible que la estrategia fuera la correcta, la más beneficiosa para él mismo y para el equipo, para la relación que tiene obligatoriamente que mantener con sus jugadores de aquí dentro de nueve partidos, lo que es evidente es que ese mensaje de Mel no se lo cree ni él.
A estas alturas, Pepe ya sabe que no tiene equipo; que es un milagro ganar un partido con estos mimbres; que, además, la trayectoria hasta ahora hace que motivarlos sea algo así como los doce trabajos de Hércules; y que ni los jugadores ni los técnicos que han pasado por ese mismo banquillo tienen la mayor parte de la responsabilidad, porque el gran problema es que se ha confeccionado un equipo hecho para ganar dinero con las transacciones, por parte de un conjunto de profesionales del todo neófitos en esto del fútbol profesional y que, además, no tienen absolutamente ninguna gana ni necesidad de aprender porque lo suyo no es el deporte sino ‘otras cosas’.
Mel sabe que la culpa de lo que ha pasado hasta ahora en la UDA no es de Vicente Moreno, como se ha empeñado en engañar El Assy desde que lo echó; ni de un Gaizka Garitano al que, menos descaradamente, también intentan cargar ‘el mochuelo’ por la vía de los medios amigos y la intoxicación en redes por parte de sus perfiles falsos.
La culpa del 0-3 no es de Mel, como tampoco es ni de Vicente Moreno ni de Garitano; y como tampoco es de Franco, como sugería ayer, tras el partido, un aficionado en las propias redes, haciendo un cachondo paralelismo con la vergonzosa política del gobierno social-comunista, que intenta desviar la atención desde sus propias carencias hacia la figura de un señor que murió hace casi medio siglo.
Bien pensado, en esto El Assy y dicho gobierno se parecen bastante: ni un atisbo de autocrítica y total autoconvencimiento de que todos los demás somos completamente imbéciles.
