VÍDEO BLOG #Minuto92: ¿Qué quieren ahora hacer con Milovanovic?, por Víctor J. Hernández Bru.
Ciertamente, la UD Almería es una inagotable y mágica caja de sorpresas. Nunca puede uno estar seguro de haberlo visto todo, de que el conejo que acaba de salir de la sorprendente y al mismo tiempo decepcionante chistera va a ser el último, de que la chapuza que se acaba de respirar es la última y de cómo será la que venga de manera inmediata.
De entre las últimas “estrellas” que ha firmado el club rojiblanco, así es como las llamó su presidente, Turki Al Sheikh, uno de los que ha hecho correr más ríos de tinta en lo negativo ha sido el delantero balcánico Marko Milovanovic, también conocido como ‘Marezi’, sin que se haya explicado demasiado bien esa indefinición en la nomenclatura, que ha provocado que las mentes más maledicentes lleguen a sospechar que quien lo presentó no tenía tampoco muy claro cuál era su ‘nombre artístico’.
Milovanovic debe ser un chaval estupendo y, desde luego, ha demostrado que es un profesional como la copa de un pino, puesto que el ajetreo y los vaivenes que con él se ha traído la UD Almería sólo han encontrado en él, como respuesta, absoluta comprensión y perfecta disposición a asumir lo que vinera con la mejor actitud.
Milovanovic fue uno de los jugadores que, hace dos veranos, llegaron para jugar en Primera División, conformando un equipo evidentemente con menor potencial que el que había subido de Primera. Entonces llegaron El Bilal para sustituir a Sadiq y, con él, Houboulang Mendes, Kaiky Fernandes, Alejandro Pozo, Gui Guedes, Gonzalo Melero, Adri Embarba, Fernando Pacheco o Diego, Leo Baptistao, Lázaro Vinicius y Arnau Solá por poner algunos ejemplos.
El rendimiento de estos fichajes, salvo muy contadas excepciones, ha sido paupérrimo para el club y el de Milovanovic ha sido de los peores. De hecho, el balcánico fue bajado al equipo filial para que pudiera coger tono y ritmo, pero terminó no siendo importante tampoco en el equipo de Tercera RFEF.
Y ahora es cuando llega el conejo viejo de la chistera rota, el intento de golpe de efecto que termina siendo peor como remedio que la propia enfermedad, la chapuza, la tomadura de pelo basada siempre en que todo vale, todo cuela. Tras cerrarse otro decepcionante mercado de fichajes, el de enero de este año, sin que la dirección deportiva sea capaz de encontrar un delantero centro importante y tras plasmarse el relevo en el banquillo porque siempre hay que buscar un culpable que no sean los integrantes del ‘Comando Fontaneiro’, ahora de lo que se trata es de hacernos ver que lo de Milovanovic no era tan mala idea, que si Marko no ha triunfado es porque ninguno de los cuatro entrenadores que ha tenido en el primer equipo ha sabido ver su valor diferencial.
Ahora ha comenzado un proceso absolutamente increíble y estupefaciente, con perdón en este caso, de blanqueamiento de Milovanovic, que se orienta a la promoción de sus hasta ahora inéditas virtudes a través de medios amigos y de la indicación a Pepe Mel de que el futbolista debe tener más visibilidad en el campo.
Y una vez más, la promoción de futbolistas que no tienen el nivel correspondiente a la categoría en la que militan termina siendo, como una y otra vez, la mejore evidencia de que sus fichajes fueron serios fiascos. Estamos en plena ‘operación Milovanovic’, cuyo objetivo no es otro que el que todos pensemos que nuestros sentidos llevan engañándonos dos años y que aquí los únicos que saben percibir la realidad son los inefables integrantes del mencionado ‘Comando Fontaneiro’.
