El delantero colombiano hace parte del trabajo con el grupo y quiere jugar minutos antes del final de temporada, aunque desde el club optan por la precaución.
El Almería ha reanudado los entrenamientos después de la jornada de descanso del martes, y lo ha hecho pensando ya en el partido que el domingo, a las 16:15 horas le enfrentará al Villarreal CF en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, correspondiente a la trigésimo segunda jornada de LaLiga EA Sports.
Será el primero de los dos encuentros que tienen los rojiblancos en casa de manera consecutiva, dos oportunidades para intentar conseguir algo que se le resiste desde el comienzo de temporada: Ganar en casa, para sacarse así una espina que el equipo tiene clavada hasta lo más hondo.
La visita del Villarreal, de indudable potencial, marcando una trayectoria ascendente y habiendo perdido sólo un partido de los últimos once disputados, no parece propicia, pero el Almería ha comenzado a trabajar para afrontar la cita con las máximas garantías posibles.
Desde la llegada de Pepe Mel, el Almería ha sumado cuatro puntos a domicilio (victoria en Las Palmas y empate en San Sebastián) y cero en el Power Horse Sadium con sólo una actuación frente a Osasuna (0-3) en un encuentro que se escapó de inicio. Ahora el nuevo técnico también quiere estrenarse en casa, y reivindicarse como sus jugadores.
El entrenador madrileño cuenta con las bajas de Luis Suárez y Radovanovic, por lesión, así como con la de Gonzalo Melero, por sanción. Éste cumplirá el tercero de los cuatro partidos que tiene de suspensión. El delantero colombiano ha comenzado a hacer algunos ejercicios con el grupo, pero todavía tiene por delante un largo recorrido para estar disponible. Falta saber cómo evoluciona Marezi, que entrena con la muñeca derecha inmovilizada por la fractura que ha sufrido en el hueso escafoides.
Este jueves, entrenamiento a puerta cerrada en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.
