VÍDEO BLOG #Minuto92: Gen ganador, por Víctor J. Hernández Bru.
Alguno es posible que no lo sepa, pero no soy mucho del Real Madrid. Es más, es posible que haya alguien menos del Real Madrid que yo, pero debe estar perdido en algún poblado en la sabana o en algún bosque en el Brasil profundo.
Es más que probable que, justo al terminar de escribir o de leer esto, empiece a negar que es obra mía, que alegue que he sido coaccionado para escribirlo, que secuestraron a mi papagayo tailandés para hacerme chantaje y obligarme a escribirlo, que me drogaron con una mezcla entre burundanga y lo que se ofrece en bandejas de plata en ‘El Chalecito’.
Pero el caso es que, siendo un ser humano que ansía que el Real Madrid pierda hasta en los entrenamientos, que me moleste hasta que gane en el FIFA de mi hijo, francamente he de reconocer que hay una cosa que admiro de ese equipo, de ese maldito equipo.
Hablo de eso que llaman ‘gen ganador’, pero que podríamos llamar esa jodida tendencia a ganarlo todo, sin que sepamos ni cómo ni por qué. Eso que hace que haya ganado un número de copas de Europa que, afortunadamente, el cerebro humano es sabio, yo he olvidado y olvido cada día; que le permite ganar compita en el deporte que sea; ganar incluso cuando presenta un equipo neta e indiscutiblemente peor que el rival, ganar en la prórroga, en los penaltis, en el puñetero minuto 93; que le permite ganar, no hace falta decir más.
Durante años, he disfrutado de épocas muy oscuras del Real Madrid, como el largo período de dominio futbolístico que ahora la caverna quiere ensuciar con gilipolleces, de la mano de Pep primero y Luis Enrique después; o aquella larguísima época de dominio en baloncesto con don Alejandro García Reneses.
Pero al final, es difícil que el Madrid no vuelva. Y no porque haga las cosas mejor que otros. La cantera de baloncesto del Real Madrid es prácticamente improductiva; y la de fútbol no da una estrella desde que decayó Raúl González Blanco. Y es cierto que tiene mucho dinero para fichar, pero no más que el Barcelona (así, en general, aunque ahora mismo sí se dé esa circunstancia) y, desde luego, no más que el PSG, el City o el United.
Pero no se trata de una cuestión de cantera, ni de fichajes, ni de dinero, ni de inteligencia planificadora. Se trata del odioso gen ganador, de ese concepto incomprensible e inexplicable, que nadie podría trasladar a un papel en blanco, a una teoría, a una hipótesis, a una planificación estratégica.
Es un concepto. El Madrid, y también los madridistas, creen en la victoria hasta cuando están claramente derrotados. Creen en la victoria siempre. Y no se rinden nunca hasta conseguirlo. Es, seguramente, uno de los valores más importantes que ayudan al éxito en el deporte y también en la vida. Por eso, odiando al Real Madrid como lo odio, sin contemplaciones y sin disimulos, y recordando que desde dentro de un minuto negaré que he dicho esto, he de reconocer que admiro ese gen ganador suyo. Ojalá se les acabe pronto.
