Solo Luis Suárez y Robertone dieron la cara tras consumarse el descenso, algunos jugadores se quedaron unos minutos en el banquillo y el resto ganó con rapidez el túnel de vestuarios.
Ni siquiera la escasa presencia de aficionados en las gradas del Estadio de los Juegos Mediterráneos tras el 1-3 ante el Getafe evitó que la gran mayoría de los futbolistas abandonase con rapidez el terreno de juego y no ofreciesen ningún gesto de cara a la galería y a los seguidores que pese a la dantesca campaña aún estaban en sus asientos, algo que ha generado un gran malestar.
La imagen de Robertone y Luis Suárez recorriendo en solitario todas las zonas del estadio se hizo aún más llamativa porque se vieron solos en este delicado momentos, sus compañeros optaron por no acompañarles y mientras unos pocos, entre ellos Arribas, Luka Romero, Pubill o Chumi, aguardaron unos minutos de reflexión y caras largas en el banquillo, la gran mayoría optaron por refugiarse a toda velocidad en el vestuario.
La escena es todavía más paradójica teniendo en cuenta que alguno de ellos ha ejercido como capitán esta temporada y que sí han optado por las redes sociales para mandar mensajes a los aficionados rojiblancos. Es el caso de Adrián Embarba que destacó que «es muy complicado explicar lo que ha sucedido esta temporada, pero la realidad es que no hemos estado a la altura. Asumimos nuestra responsabilidad, pero que nadie dude de que hemos luchado cada día, en cada partido… pero no ha salido nada».
El recinto deportivo de la Vega de Acá presentó su peor entrada de la temporada y una de las peores de la historia en Primera División, si bien fueron numerosos los seguidores que tras el tercer tanto del Getafe CF optaron por regresar a casa y no ver el final del encuentro. La sensación generalizada fue que el equipo rojiblanco afrontó el duelo como un mero trámite y que la actitud, como en buena parte de la temporada, rozó el bochorno.
