VÍDEO BLOG #Minuto92: Los números y la frase de Mel que sentencian a los que van de discoteca en discoteca, de ‘chalecito’ en ‘chalecito’, por Víctor J. Hernández Bru.
Hay mucho de qué hablar, mucho que evaluar, mucho que reflexionar tras consumarse un descenso del que avisamos el 15 de agosto y que hemos venido constatando que se iba a producir sí o sí, mientras otros prometían que nunca volveríamos a Segunda. ¡Qué demonios ‘otros’! Mientras ‘míster party’ El Assy prometía que nunca regresaríamos al pozo.
Pero hoy quiero centrarme en el ejemplo de la derrota ante el Getafe como paradigma de por qué estamos en Segunda a falta de cinco jornadas para el final del campeonato, por qué somos el segundo peor equipo de la historia en Primera División, por qué somos el único equipo que aún no ha ganado un partido en la máxima categoría como local a estas alturas de temporada.
Tras el 1-3, el sábado, dimos como siempre un repaso a la estadística y constatamos que el Getafe, que nos dominó de manera rotunda, tuvo menos posesión de pelota que nosotros, disparó a portería 8 veces, de ellas sólo 5 entre los tres palos, para marcar 3 goles. Nosotros, mientras, disparamos 21 veces, 13 más que el equipo de Bordalás; dimos entre los tres palos en 11 ocasiones, 6 más que el rival, pero en cambio solo metimos 1 gol, 2 menos que ellos.
A la conclusión del partido, Mel sentenciaba la temporada y también la planificación deportiva, la configuración de la plantilla y, en general, el trabajo de la dirección deportiva, con solo una frase: “si encajas 70 goles, o eres el Madrid y marcas 120 o estás descendido seguro”. Una sentencia que ratificaba la de Gaizka Garitano hace meses: “Competimos en el resto del campo, pero nos falta calidad en las áreas”. Algo que hoy por hoy es capaz de constatar cualquiera, aunque haya quien siga buscando otros culpables que no sean lo responsables de tal desaguisado, pero que en agosto vimos algunos y, al ponerlo de manifiesto, experimentamos un cómico intento de crucifixión.
No sé si llegará el momento de pasar factura a los imbéciles que se han pasado el año tildándonos de “antialmerienses’ y colocándonos en la diana de enemigos de la UD Almería, que es nuestro club, el club de nuestra ciudad, como sus colores son los colores de nuestra vida, de la vida de todos los que nos reunimos cada semana alrededor de la mesa de MARCADOR ALMERÍA, colores que lucen cada semana en sus camisetas nuestros hijos.
Hoy no es el momento de firmar dichas facturas, pero sí de hacer el enésimo intento de abrir los ojos de quienes todavía sujetan una bufanda amarrada a sus orejas, con la que ven tapada la normal visión de la realidad. Insisto, vamos a profundizar mucho, mucho más de lo que se creen los integrantes del Comando Fontaneiro, mucho más de lo que piensan los ‘Mamporreros’ oficiales, ésos que, con su peloteo infinito y su impenitente sobada de lomo, han contribuido de manera clave a que estos señores se crean intocables y plenipotenciarios.
Pero sí adelantaré, hoy, que es imposible dirigir una organización en España, en Europa, en el mundo occidental, blandiendo los ‘valores’ de las dictaduras totalitarias y teocráticas orientales y, sobre todo, pegándose la vida padre de discoteca en discoteca, de chalecito en chalecito, mientras su obra deportiva se va desangrando poco a poco y la afición se desangra con ella.
