El conjunto rojiblanco amplió en dos temporadas más el contrato del extremo para cuadrar el límite salarial y ahora debe buscar una nueva salida al jugador.
La historia de Arvin Appiah y la UD Almería parece eternizarse como un culebrón inacabable. El conjunto rojiblanco renovó al extremo internacional en las categorías inferiores con Inglaterra por dos años en una maniobra para cuadrar el límite salarial, una operación en términos económicos diferentes a los estipulados en su día para su contratación, pero que igualmente parece nociva para la entidad que hasta 2027 seguiría teniendo sus derechos.
De los más de 80 movimientos efectuados por la propiedad comandada por Turki Al Sheikh, el de Appiah quizás haya sido el más negativo y desesperante. Se pagaron algo más de ocho millones de euros por su traspaso e incluso Mohamed El Assy se jactó de arrebatárselo al Manchester United, pero su rendimiento ha sido mediocre y en ningún momento ha mostrado esas condiciones que le intuyeron el CEO y Joao Goncalves.
Tras un primer año en el que gozó de pocas oportunidades como rojiblanco, Appiah sufrió una operación en la pretemporada en la segunda que le relegó primero al filial y luego a salir cedido a Lugo. En tierras gallegas no mostró tampoco su mejor versión ni tuvo una especial conexión con Luis César que lo llegó a utilizar en posiciones extrañas como la de mediocentro.
Sin sitio en la UDA, la pasada campaña volvió a estar marcada por las cesiones, con un primer paso por Tenerife donde decepcionó y no convenció ni técnicamente ni tampoco en cuanto a actitud. En el mercado de invierno llamó la atención de Manolo Gaspar para un Málaga en serios apuros y con necesidad de un banda con desborde. Tampoco rindió como se esperaba y fue parte del descenso del club blanquiazul.
