El canterano del Real Madrid, tras volver a encontrarse con el gol en Mallorca, destacó la importancia de despedirse con un triunfo de una sufrida afición.
Sergio Arribas volvió a contar con minutos después de vivir casi en el ostracismo desde que Pepe Mel llegase al banquillo rojiblanco. El canterano del Real Madrid, una de las grandes decepciones de la temporada pese a sus registros goleadores, anotó ante el Mallorca y endulzó de esta manera un final de temporada con sabor amargo para él por las escasas oportunidades de las que ha venido gozando.
El centrocampista dejó claro que la igualada ante los baleares «deja buenas sensaciones», apuntando que «tenemos que acabar la temporada para lo que viene de la próxima, el equipo ha dado la cara». Más allá de su tanto, Arribas puso en valor que «hemos competido por Almería, por la ciudad y nos queda un partido en casa y esperemos darle los primeros tres puntos en casa».
Sobre el choque, en el que se midieron a un cuadro bermellón con mucha ansiedad, Sergio Arribas apuntó que «no nos jugábamos el descenso, pero también nos jugábamos mucho como equipo. No podíamos meternos atrás porque no podíamos defraudar a la afición».
El otro goleador de la jornada fue un Bruno Langa que, además, se estrenó con la elástica de la UDA. El jugador mozambiqueño reconoció que «quería marcar. Tenía espacio, le pego bien, disparé y gol». Fue un tanto emocionalmente importante y que dedicó «a mi mujer y a la gente que me acompaña, especialmente para mi hija que ahora tiene dos meses, Larisa, que es de Almería».
