Desde que me enteré de esto que ahora os voy a contar, se me revuelve la sangre, reconozco que con la edad me he vuelto un poco rebelde, dejando a un lado lo que hecho durante muchos años, ser políticamente correcto, ahora, sinceramente, me la suda, me importa mi familia, mi conciencia y los amigos, de uno de estos quiero hablar, de un tipo, para mí, excepcional, profesional, inteligente, que ha conseguido, entre otras cosas, que este servidor vuelva a tener ilusión, de sentir ese gusanillo que tuve y se perdió por mor de la edad, el tiempo y el olvido.
Amigo Víctor Hernández Bru, eres un hombre campechano, amigo de su gente, y no paras de innovar para tus oyentes. Trabajas cada vez más horas, doy fe de ello, y en ocasiones, por estar con tu hijo en las retransmisiones de los partidos, se dormía entre tu hombro y el micrófono. Estar en la calle 13, 14 ó 15 horas contratando o haciendo programas no te acobarda, te hace siempre mantener esa sonrisa del deber cumplido, hasta que un día que un sinvergüenza, alguien que no te conoce, pretende joderte la carrera de un plumazo, te veta, te pone carteles en el campo o intenta provocarte en tu casa, en la emisora, sin importarle nada ni tu familia, ni la gente que te quiere, ni las consecuencias, y todo porque hablas claro, porque eres decente y honrado y, sobre todo, por ser coherente con tu trabajo, INFORMAR, con seriedad, con rigor y con una pizca de humildad.
De tus compañeros de profesión, perdóname, pero no han aparecido nunca ni se les espera. Gracias de corazón Víctor, por ser como eres, por darnos vida a tantos ‘profes’ que estamos cerca de ti, por contratar a gente maravillosa que acaba siempre siendo nuestra familia, por no fallarnos nunca, estar en la calle, pero con la cabeza alta, contando tu verdad y, aunque haya costado cada vez somos más. Gracias amigo por existir, ah, y decirte que cuando sea mayor quiero ser como tú.
