VÍDEO BLOG #Minuto92: Valores de mercado en los jugadores de la UDA, por Víctor J. Hernández Bru.
Está muy de moda hablar del ‘valor de mercado’ de un futbolista, es decir, de la cantidad que alguien, teniendo en cuenta diversos parámetros, estima que vale en cada momento si es puesto a la venta.
Ya sabéis lo que opino acerca de los últimos grandes traspasos de la UD Almería, que básicamente han sido los de Darwin, Sadiq y El Bilal. El primero salió sin ser un gran pelotazo, aunque su trayectoria posterior ha unido más beneficios para el club rojiblanco. Luego está lo de Sadiq, que jamás habría alcanzado la cantidad de 20 millones de no ser porque el gobierno saudí mandó a San Sebastián, a través del Newcasttle, 70 millones por Aleksander Isak, a condición de que 20 de ellos fueran para la compra híper-valorada y súper-inflada del nigeriano. Y luego está la trola mayúscula de los 30 kilos por El Bilal, de los que nadie sabe nada en Bérgamo, preciosa ciudad italiana de la que es titular el Atalanta.
Pero si hay una temporada en la que no hay jugador alguno de la UDA que se haya revalorizado, qué digo yo, que no haya perdido valor de mercado, ésa es la que está a punto de terminar oficialmente.
Insisto en que no hay jugador que no haya perdido valor de mercado, tras una temporada tan nefasta como ésta, aunque algunos casos son especialmente flagrantes. No hay duda de que el que más lo es, es el de César Montes, que llegó a Almería en una operación que, de haberse cumplido los variables, se habría ido hasta los catorce millones de euros. Hoy por hoy, el mexicano no supera los cuatro millones de euros en su valor de mercado estimado.
Menos exagerado, pero igualmente llamativo es el caso de Ibrahima Kone, que llegó por casi cinco millones de euros y hoy no hay quien esté dispuesto a pagar dos por su traspaso. Y como ellos, todos los demás jugadores han perdido valoración económica con el paso de estos demoledores meses en la UD Almería.
Y claro, si quitamos diez millones de Montes, dos y pico de Koné y así sucesivamente, la verdad es que a la UDA se le está apareciendo ante sí una ruina de proporciones bastante considerables, no sólo por las pérdidas económicas en sí, que serían algo anecdótico si al señor ministro le dejaran rascarse el bolsillo con la potencia con la que él suele hacerlo, sino porque todo esto computa en los topes salariales y el club corre peligro de que el pastizal que va a recibir de la Liga por perder la categoría, algo bastante difícil de explicar, se le quede en parte por el camino a la hora de cerrar la contabilidad de las operaciones del pasado año.
