Está el Almería B a dos pasos de conseguir el ascenso a Segunda RFEF. Quién iba a decir a principios de temporada que las pocas alegrías recibidas en modo rojiblanco iban a llegar a través del equipo de Alberto Lasarte que ha conseguido mitigar un poco la desazón originada por el conjunto matriz. Como fiel reflejo de esto que digo, la entrada que se espera el próximo domingo será muy similar a las que este año hemos visto en el recinto deportivo de la Vega de Acá ante Getafe o Cádiz CF.
Tiene mucho mérito lo del filial, entre otras cosas, porque la sensación que se transmite hacia fuera es que no es, ni mucho menos, una prioridad para el club. Una de las cosas que más me llamó la atención de la primera y única visita de Mohamed El Assy a los estudios de Marcador Almería fue el desdén hacia todo lo que no sea el primer equipo que transmitió con sus palabras, no ya solo refiriéndose al equipo B, también al femenino o el Genuine a los que dejó claro que su dirección corresponde a la Fundación y que la cúpula está para otros menesteres.
El caso es que esta dejadez no disimulada ha derivado en que dos eliminatorias que se presentaban como una magnífica oportunidad de enganchar afición y de promocionar la cantera también se han visto salpicadas por los extraños modus operandi de El Assy y compañía, Ante el Real Jaén se anunció la venta de entradas para no abonados a los que se dejó posteriormente en la calle porque 72 horas después el club se echó atrás sin explicar las razones para no meter más público en un estadio con capacidad para más de 15.000 personas. Algo se ha mejorado de cara al CD Toledo, pero poco. En esta ocasión, tras asumir que se había metido la pata, se ha optado por darle dos invitaciones a cada abonado, algo loable, pero que no cubre las necesidades de los aficionados que quieren disfrutar del partido y que nuevamente tendrán que verlo por la televisión mientras el estadio tiene más de 7.000 asientos vacíos.
Esta semana me han llegado casos de seguidores rojiblancos que el pasado verano formalizaron su inscripción para ser abonados y que se quedaron fuera por el exceso de demanda, es decir, en lista de espera. Los hay que no conocen a otros abonados o que esos abonados no tienen disponibilidad para acudir a taquillas esta semana a recogerles esas invitaciones. El domingo no podrán conseguir una localidad porque la UDA lo ha considerado así, por dejadez, comodidad o porque le importa un pimiento que el estadio presente la mejor entrada de la historia para un encuentro del filial. Es lo que tenemos, jugadores en sus redes sociales ofreciéndose para dar entrada a quién no la pueda conseguir por otra vía y el propio club poniendo trabas para que los aficionados, abonados o no, puedan vivir una fiesta del fútbol y apoyar a unos chicos que lo están dando todo por el club de la ciudad.
