Ahora que se está jugando la última eliminatoria de la fase de ascenso a Primera División, esa que juegan los equipos clasificados del tercero al sexto, hablábamos el otro día en el grupo de profes que casi siempre el que llega quinto o sexto, el que se mete casi en la última jornada, llega con más preparación y con más ritmo, yo dije que puede ser en parte por el ritmo, pero sobre es porque los equipos que han estado cerca del ascenso directo que tienen sensación de miedo, una sensación de no haber conseguido el objetivo a la primera, porque el objetivo fundamental de estos equipos era subir, y subir directos solo suben dos, con lo cual el tercero se queda con la miel en los labios y eso es un pequeño bajón emocional.
Claro, se enfrenta el tercero, que no ha subido directamente, y se enfrenta con el sexto, que se ha metido en la última jornada, que puede haber estado mucha parte de la temporada en play off, pero lo ha estado sudando y se mete casi a última hora, con lo cual se miden un equipo con bajón emocional contra un equipo que uno de los objetivos ya lo ha cubierto, con un subidón emocional.
No solo esto influye, también al ser tercero, por haber quedado en mejor posición, un empate te vale porque has tenido más puntos y has quedado en mejor posición y entonces ocurre que el bajón emocional y el miedo a perder lo que has conseguido durante toda la temporada, esa tercera plaza, esos mejores puntos que el sexto, te hace ser más conservador, como que el quinto y el sexto, por ejemplo, no tienen nada que perder, y el juego del tercero y el cuarto suele ser un juego bastante rácano, un juego de perder aquello que has tenido tan cerca, entonces el fútbol, aparte de la táctica y la técnica, el tema emocional también es muy importante.
