Los dos futbolistas fichados en su día por la UD Almería han fracasado en las cesiones en su país marcadas por el poco protagonismo deportivo y los problemas personales.
Fueron dos fichajes de proyección y a los que se esperaba sacar un gran rendimiento tanto deportivo como económico, aunque la realidad ha sido bien diferente. Pese a la inversión realizada y a firmarles contratos de larga duración, Cristian Olivera y Jonathan Silva han sido dos grandes fiascos para una Unión Deportiva Almería que una vez que acabe la temporada intentará su desvinculación.
Olivera llegó la pasada temporada de la mano de Edgardo ‘Chino’ Lasalvia que trató de aprovechar el gran negocio realizado con Darwin Núñez para promocionar en Europa a otros jugadores de su cartera. El futbolista, pese a las buenas sensaciones ofrecidas en su club y en las categorías inferiores de la selección uruguaya, no ofreció lo esperado y apenas dispuso de minutos con José Gomes.
El técnico portugués le utilizó en algunos partidos del comienzo de la temporada, caso de la visita a Logroño o del duelo en casa ante el Sporting, como revulsivo en los últimos minutos. Su velocidad no estaba acompañada de técnica ni recursos y acabó rápidamente en el filial donde tampoco acabó de hacerse un hueco pese a mostrar algunos destellos. Su poca continuidad le hizo volver a Uruguay vía cesión en Peñarol, donde también fue perdiendo protagonismo y problemas personales le han apartado definitivamente, estando ahora entrenando con el Misiones de Segunda División.
El caso de Silva es aún más doloroso al tratarse de un jugador que llegó a la UDA con una trayectoria algo más consolidada. Su primera cesión a Las Palmas fue un fracaso, con graves incidentes personales, y su regreso a Brasil, pese a ir a su club de origen, tampoco ha dado los frutos apetecidos. El jugador está apartado y negociará en un par de meses su adiós al club rojiblanco.
