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VÍDEO BLOG #Minuto92: De pancartas y camisetas: entre la Liga y los clubes le están dando la razón a los intolerantes

VÍDEO BLOG #Minuto92: De pancartas y camisetas: entre la Liga y los clubes le están dando la razón a los intolerantes, por Víctor J. Hernández Bru.

Observo con gran preocupación la nueva filosofía de la Liga de Fútbol Profesional y de los clubes que la integran, de prohibir cualquier tipo de manifestación y toma de postura de los aficionados en los estadios, sean o no ofensivas para nadie que esté en su sano juicio.

El domingo nos llegaban noticias de que un grupo de aficionados del Atlético de Madrid vieron prohibido el despliegue de una bandera de España en el Nou Camp, aunque este tipo de toma de posiciones es ya una constante cada fin de semana.

Aquí, en Almería, el sábado le prohibieron a los aficionados del Athlétic de Bilbao entrar al Estadio de los Juegos Mediterráneos con su propia camiseta, mientras que un jovencito aficionado vio cómo le retiraban una pancarta (https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid02VQ8raA2DP4SzePhsUuwdGL4UwyyDQvF7NTWoJfodnT165zwAn3U48VjyswUfEWPsl&id=100002541019741) en la que pedía a Iñaki Williams su camiseta.

El trasfondo filosófico de estas ‘gilipolluás’ reside en la idea de evitar confrontaciones en torno a la diferencia de colores entre unas aficiones y otras, bajo la peregrina idea de que mostrar los colores propios es una provocación ante quien sostiene unos diferentes.

El disparate es de tal calibre, que supone dar la razón a los totalitarios, a los intolerantes y sobre todo a los violentos, que se creen en disposición de imponer sus puntos de vista, sus ideas y en este caso sus colores, porque los contrarios les parecen ofensivos.

Yo tengo muchas dudas de que sea constitucional que un aficionado no pueda ir libremente con su camiseta a un estadio o pueda portar una pancarta en la que solicite una camiseta a uno de sus ídolos, pero claro, en una Liga de Fútbol Profesional en la que llevamos casi una temporada entera en la que un club, como la UDA, prohíbe la entrada a un periodista por el mero hecho de que no le gustan sus informaciones, nada puede extrañar de cualquier disparate contra la libertad de expresión.

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