VÍDEO BLOG #Minuto92: Cinco semanas sin marcar en casa y la evidencia, para quien se quite la bufanda de los ojos, de que no hay nivel para ganar partidos, por Víctor J. Hernández Bru.
Entiendo, aunque no tengo claro si él estaría dispuesto a reconocerlo, que Gaizka Garitano ya sabe, a estas alturas, que con este equipo le va a resultar muy complicado ganar un partido. Y lo sabe precisamente por el mismo motivo con el que él, parte de la prensa y algunas ‘bufandas con patas’ intentan demostrar justo lo contrario.
Ha calado, en una parte de la afición, la idea de que como al Almería no lo está goleando prácticamente ningún rival y como en buena parte de los partidos dispone de oportunidades de marcar, si la suerte hubiera querido ver la vida de otra manera a lo mejor los de Garitano llevarían varias victorias ya.
Pero la lectura correcta no es ésa sino justo la diametralmente contraria: el hecho de que haya ocasiones de gol que nunca se traduzcan en movimiento en el marcador lo que demuestra es que es verdaderamente complicado que este equipo marque, por la sencilla razón de que carece de jugadores con un nivel suficiente como para materializar en la máxima categoría.
Ciertamente esto se ha llegado a reconocer en algún momento, cuando se ha admitido que Baptistao no es un delantero centro o que Milovanovic no es un jugador para Primera División, pero no termina de llegar la conclusión final: la de que se pierden los partidos precisamente por esto, porque no hay calidad suficiente para definir en las áreas, en la propia y en la ajena.
De hecho, el encuentro ante el Athlétic de Bilbao, que algunos han querido ver como una muestra de que el equipo no merece estar donde está, supuso nada menos que la quinta jornada consecutiva sin marcar en casa: un total de 450 sin que la afición local vea un gol de los suyos en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Un auténtico disparate que, seguramente, también sea histórico, como lo de ser (aunque haya algunos melones de invierno que lo nieguen) el peor equipo de la historia de la Primera División.
Un partido en el que Maximiano salvó lo que parecía un gol ineludible a cabezazo de Paredes y el palo evitó el tanto tras otro testarazo de Raúl García, mientras que Milovanovic también la estrelló contra la madera, cuando el partido ya se apagaba. Fueron las tres ocasiones más claras, pero con una evidente diferencia entre ellas: en el caso de Paredes y Raúl, éstos ya han demostrado que igual que la dejan a las puertas del gol, en otras ocasiones han traspasado la línea, mientras que en el caso de la UDA, son ya 24 semanas evidenciando que no hay calidad, nivel, resolución, categoría para marcar goles con regularidad en Primera División.
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